10/10/2017

Manifiesto de maestras jardineras en defensa de la Educación Inicial

Difundimos comunicado:

Somos Estudiantes. Somos Docentes en constante formación. Somos Profesoras del Nivel Inicial. Somos Trabajadoras de la educación. Somos agentes del Cambio Social. Somos Maestras y Somos Jardineras.

Trabajamos con la primera infancia con niñxs desde los 45 días a los 5 años. Construimos intervenciones pedagógicas y producimos conocimientos que se articulan con las mismas. Trabajamos tanto en el campo teórico como en el práctico. Educamos. Consideramos este acto como un derecho indispensable al que deberían acceder todxs lxs seres humanxs desde los primeros años de vida y estamos convencidas de que es la base para construir una infancia digna. Sabemos que el derecho a la educación, junto a otros derechos indispensables para lxs niñxs (acceso a la salud, a la vivienda, a la cultura, al juego, etc.) se encuentran vulnerados. Entendemos entonces nuestro trabajo como un acto político cargado de significancias socio-culturales que apuesta a transformar nuestra sociedad.

Acompañar y sostener el proceso de subjetivación de lxs niñxs transitando sus infancias no es tarea para cualquiera. La complejidad de nuestro trabajo es el reflejo de la complejidad de los procesos que se suceden en los primeros años de vida y la conflictiva realidad en que vivimos. No basta con ser dulces, tener paciencia o, al decir de Paulo Freire, «buenas tías” para intervenir en el campo de la educación inicial. No somos Jardineras porque «nos gustan lxs chicxs”. Somos Jardineras porque nos formamos en pedagogías para la liberación y en didácticas específicas para el nivel, porque intervenimos en un período de la vida en el que se establecen las bases para conocer el mundo y sus complejidades y en el que se conforma la identidad propia y colectiva.

No es casual que se deslegitime socialmente el trabajo de las maestras jardineras. Esta visión en ascenso, que se propone desvalorizar nuestra labor, encuentra su correlato y se desprende de una visión simplificada y peyorativa de la infancia en el marco de una sociedad capitalista, patriarcal y adultocéntrica. Sociedad que desconoce o muy poco se ha problematizado la importancia radical que tiene la crianza, respondiendo al paradigma machista que desde siempre ha minimizado las actividades asignadas socialmente a las mujeres, y en cambio postula que lxs niñxs solo precisan cuidados asistenciales, productos industrializados y tecnologías de la domesticación, la pasividad y la inactividad.

Reivindicamos e intervenimos pedagógicamente para garantizar la existencia de infancias dignas, diversas, políticas, potentes, capaces, activas, creadoras: aquellas que traen consigo la posibilidad de pensar el mundo de modo diferente, que portan la semilla de la transformación.

Frente a la fuerzas que intentan minimizar la relevancia de la docencia en el campo de la Educación Inicial, aquí le sacamos filo a las ideas transformadoras y nos posicionamos como maestras jardineras comprometidas y activas con el cambio social. Porque no nos da lo mismo que se mire para otro lado mientras en nuestro país hay más 5 millones de niñxs que intentan sobrevivir a la pobreza y que en muchas ocasiones no lo logran. Se trata de pensar la docencia como un doble movimiento: que acompaña y contiene frente a la realidad actual a la vez que sienta las bases para la construcción de imaginarios solidarios y comprometidos con la idea de cambio social.

Estamos convencidas de que no hay pedagogía sin ternura. Pero esa ternura no refiere a una idea superficial y romántica del amor, sino a la concepción política de la ternura, aquella que se hace presente en la empatía y en el encuentro con lxs otrxs, en la mirada que reconoce, la palabra que nombra y da lugar a que esxs otrxs se expresen. La ternura política es la indignación ante cualquier injusticia, ante cualquier desamor y frente a cualquiera de las muchas vulneraciónes e invisibilizaciones que sufren lxs más pequeñxs.

Para construir políticamente la ternura encaramos nuestro quehacer docente como una lucha desde las pedagogías críticas, descoloniales, emancipadoras, dándonos la tarea de erradicar las miradas tradicionales de la enseñanza y de las pedagogías de la tecnocracia, la individualidad y la crueldad.

Sabemos que tamaña tarea no puede llevarse adelante (con prosperidad) de manera individual. Tenemos que ser miles aunando esfuerzos por salvar a la niñez de las garras del neoliberalismo, que intenta acostumbrarnos a la sexualización de la infancia, la comercialización de las necesidades vitales y la banalización del juego en tanto actividad profundamente rupturista con la realidad ya dada y elaborada por otrxs, donde se despliegan los primeros y más potentes ensayos en la creación de mundos nuevos que se hacen posibles.

El trabajo docente, entendido desde esta óptica, debe ser necesariamente un trabajo colectivo que teja redes con otrxs actores y actrices sociales y políticxs, con las familias y las comunidades. Un trabajo de hormiga, que afiance los lazos sociales que el individualismo imperante intenta romper. Vemos entonces la necesidad de instalar tanto en los profesorados, como en los espacios de trabajo, una lógica de trabajo colectivo, comunitario, derribando a las pedagogías de la soledad, el individualismo, la jerarquía y la comodidad.

Este manifiesto propone y promueve la ruptura de los estereotipos, los prejuicios, la subestimación hacia lxs niñxs y lxs maestrxs de la Educación Inicial. Por eso nuestra lucha también es histórica y no comienza aquí, sino que retoma una genealogía trazada por luchadoras incansables de nuestro nivel: mujeres como Rosario Vera Peñaloza y Hebe Duprat de San Martín, que han dado la pelea por el acceso y permanencia de lxs más pequeñxs a instituciones educativas de calidad.

Defender la Educación Inicial es defender el derecho de millones de pibxs a ser sujetxs activxs de su propia formación, subrayando la responsabilidad de enseñar a decidir a través del acompañamiento en su progresiva autonomía. La lucha por infancias dignas, implica también pensar a lxs niñxs como sujetxs sociales y políticos desde el presente y no tan solo como posibles actores o actrices del futuro.

Por todo esto, que se plantea como una urgencia impostergable, es que escribimos este manifiesto. Nos rebelamos con y desde las palabras. Uno de los modos que en nuestra labor educativa encontramos para dar a conocer nuestra tarea y nuestra perspectiva de lucha. Porque somos tiernas y amorosas pero ante todo estamos comprometidas con los cambios por venir y por la construcción de mundos más justos con infancias dignas y respetadas.

Esta es nuestra militancia.

Jardineras, Octubre 2017

Firmamos este MANIFIESTO compañerxs de la carrera de PEI:

Martina Senes

Gabriela Cruz

Ian Kuschevatsky

Josefina Ramos Gonzales

María Eugenia Jeria

Agustina Ripa

Romina Penas

Laura Esteban

Camila Martínez

Sol Aguirre

Deisy Ríos

Lucas Aromando

Camila Pedemonte

Camila Navarro

Tatiana Slucki

Camila Prieto

Florencia Veiga

Agustina Egusquiza

Romina Surt

Andrea Fortunato

Gabriela Rodríguez
 



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