22/01/2008

Bala perdida

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El Gobierno argentino anunció que tendremos el primer Tren de Alta Velocidad (TAV) de Latinoamérica, previa inversión de al menos 1.500 millones de dólares. El «tren bala» unirá las ciudades de Buenos Aires y Rosario en 90 minutos, prolongándose posteriormente hasta Córdoba y circulando entre 230 y 260 km/h. Juan Carlos Cena trabajó 48 años en el ferrocarril. Hijo de ferroviarios, recibió los conocimientos y enseñanzas que muchos hombres acumularon por más de 150 años. Juan, integra el Movimiento Nacional por la Recuperación de los Ferrocarriles Argentinos (MoNaReFA), es autor del libro «El Ferrocidio», y charlamos con él acerca de la actual situación del transporte ferroviario y de la puesta en marcha del TAV. Por Agite Después de Usar.


Extractos de la entrevista a Juan Carlos Cena:

«Somos trabajadores trashumantes, hemos trabajado en todos los lugares del país. Hemos luchado siempre por el ferrocarril, con todos los gobiernos. Partiendo que eran 220 mil trabajadores, en la década nefasta de Menem, teníamos 80 mil y el ferrocarril en estado de obsolecencia. Se quería imponer la industria del transporte automotor. Con la dictadura militar nos dejaron cesantes varias veces. Menem no fue original. Con la misma iconografía peronista que se nacionalizó, se destruyó el ferrocarril. Se destruyó para que se terminara de instalar definitivamente la industria del transporte automotor.

«La resistencia de los ferroviarios marcó el año 1991 con una huelga de 45 días dirigida por los jóvenes, donde no tenía nada que ver la burocracia sindical. Tuvo una resonancia impresionante, pero no se paró la ofensiva y nos terminaron derrotando en 1992. Se cerraron los talleres, se concesionaron los ferrocarriles. Vinieron empresas internacionales a querer hacerse cargo, portugueses, canadienses, franceses, españoles, los ingleses, todo el mundo vino.

«Se privilegió la ‘patria industrialista’, todos parásitos. Cierran 37 talleres, empiezan a cerrar ramales, echan a los compañeros, y se llega al desastre que es ahora, con una red que tenía 47 mil kilómetros y que ahora tenemos 7 mil kilómetros de vía. El ferrocarril es un sistema de transporte. Pertenece al sistema nacional de transporte, y este sistema ferroviario está destruido.

«En Norteamérica o Francia los transportes se complementan. En la medida que los transportes se complementen va a ser un beneficio para la Nación, no para los particulares como acá. Los subsidios vienen a engordar a varios que se volvieron millonarios. El ferrocarril está en total y absoluta crisis. Nosotros queremos que el ferrocarril vuelva al Estado, que vuelva a ser el sistema integrado de transporte como fue, pero mejor, más moderno, eficiente, descentralizado.»

Tiren del cordel

«Este no es ningún proyecto que tenga que ver con la recuperación de los ferrocarriles. Esto es un capricho, un proyecto comercial. Este proyecto no beneficia a absolutamente a nadie, es una falta de respeto a todos los ciudadanos que no tienen ferrocarril, que sufren el ferrocarril, como en la Capital Federal. Cómo podemos pretender un tren bala cuando no tenemos los trenes en el interior del país, cuando no tenemos los trenes aguateros, cuando tenemos 870 pueblos fantasma.

«No queremos discutir si la tecnología sirve o no. Yo vengo de la parte mecánica del ferrocarril. Yo estaba en las locomotoras de vapor, y cuando me pasan a las locomotoras diésel fue un avance tecnológico importante en el país. Pero fue para que remolcaran los trenes, que antes los remolcaba la locomotora de vapor, no para un privilegiado que va desde aquí hasta Rosario. Yo creo que desde el costado que se lo mire es un despropósito. Esta Presidenta lo ha anunciado ya tres veces, y creo que no beneficia a nadie. Creo que es una grosería.

«Mientras tenés una población donde se ha agrandado la brecha entre ricos y pobres, nuestros paisanos se están muriendo de hambre, donde en Buenos Aires han vuelto las enfermedades venéreas, donde aparece la tuberculosis y la lepra en el interior, ¿para qué quiero un tren bala? Es un lujo, es como tener una vajilla de plata y morirme de hambre en mi casa. Esto es un payasada.

«Con el dinero de este tren se podrían recuperar 8000 kilómetros de vía. Acá no hace falta pedir un crédito al Banco Mundial de Marte o Júpiter. Con el dinero que se despilfarra recuperamos los ferrocarriles. Con el dinero de este tren bala recuperás 8000 km de vía de las redes troncales, pero qué sentido tiene si tenemos a los mismos concesionarios que han destruido absolutamente todo.

«Podríamos ahorrar una barbaridad con las estructuras que están en este momento, recuperando las vías como eran antes, mejorando la estructura, y los rosarinos podrían viajar tranquilamente a Buenos Aires en 3 horas y media. Tres horas y media se te pasan rapidísimo. No es lo mismo que venir en carretera, y vas a ahorrar en combustible, vas a ahorrar muerte, accidentes y te estacionás directamente en el centro de la ciudad, tanto en Rosario como acá. Para el tren bala tenés que hacer una estructura total y absolutamente diferente.

«Estamos en crisis y nos dan lamparitas. ¿Te imaginás viajando en el tren bala y se cortó la energía?, ¿qué hacés con el tren?, ¿qué le van a dar a los pasajeros: un pedalín para que pedaleen y que el propio pasajero remolque el tren? Acá no hay nada serio planificado, prefiero tener los trenes anteriores que tenía el Ferrocarril Mitre, que iba de Buenos Aires a Rosario con una locomotora diésel, que es una fuente de energía autónoma. Yo creo que hay que ser más modesto y no tan fanfarrón.»

Nota original en:

http://agite.ourproject.org


Nota: se denomina tren de alta velocidad (TAV) al medio de transporte
que circula por una vía diseñada para él (línea de alta velocidad) y
que alcanza velocidades más altas que un tren convencional. Actualmente
se utilizan trenes con velocidad del orden de los 200 km/h, y con
velocidad promedio también elevada.



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