05/01/2008

Pensar sobre la práctica: reflexiones sobre las tomas de tierras

Foto_Villa_31.pngReproducimos aquí una serie de artículos del periódico «Tierra Para Vivir» que abordan diferentes problemáticas: la erradicación de la Villa 31; la experiencia de Tierrha (organización de profesionales que trabajan en el Hábitat Popular), quienes trabajan en la gestión y construcción de viviendas, equipamiento comunitario e infraestructura en Tucumán; festival por los dos años de la toma de San José y la segunda entrega del Pequeño manual del Tomador/a de tierras.

«La villa 31: otro intento de erradicación y van»¦»

«En la Villa 31 se negocia con los marginales», «la Villa 31 de Retiro es un espacio de grandes negocios fuera de la ley», «A la villa 31 hay que erradicarla»»¦ Estas declaraciones pueden ser de Macri, del director de la ONABE, de cualquier funcionario del gobierno nacional, o de un taxista promedio. Es que la Villa 31 es un hueso duro de roer. No pudieron con ella ni Videla, ni Menem. Y al próximo gobierno porteño, que viene amenazando con su desalojo, se le va a hacer bien difícil la tarea.

Un poco de historia

La Villa de Retiro es de las más antiguas de la ciudad. Por los años treinta los alrededores del puerto nuevo y las terminales de tren empezaron a poblarse de casillas. Llegaban migrantes del interior del país en busca del trabajo que ofrecía la industrialización por sustitución de importaciones. Pero las precarias condiciones de vida se fueron prolongando en el tiempo para sus habitantes, que también empezaban a venir desde países limítrofes. Mientras, del otro lado de las vías, en el centro, la ciudad también crecía: los hoteles cinco estrellas y las sedes locales de multinacionales empezaban a poblar la zona.

El jugoso negocio inmobiliario, la necesidad de abrir nuevas calles y avenidas, y el objetivo oculto de desalojar una población inadecuada para la zona son elementos que motivaron diferentes intentos de erradicación con distintos niveles de impacto, desde fines de los `50 hasta la actualidad. En todos los casos, la articulación de vecinos organizados con distintas fuerzas sociales y políticas, evitó el completo desarraigo de sus pobladores.

Durante la última dictadura sólo quedaron unas decenas de familias que lograron resistir el desalojo.

El conflicto que se viene

A partir de los `80 la Villa 31 se fue repoblando. El censo de 2001 registró 12.300 personas, pero se calcula que hoy los pobladores duplican (o más) ese número.
En estos años los vecinos fueron tomando distintas formas de organización, desde los presidentes por barrio, hasta un cuerpo de delegados cuyo mandato caducó el año pasado. También hay distintos grupos autoorganizados que no han podido unificarse hasta el momento.

Lamentablemente, las negociaciones poco claras por parte de algunos dirigentes (al menos en el pasado) y las acusaciones cruzadas hacen difícil que se construya una fuerza conjunta para enfrentar la erradicación (o el intento) de Macri y los grandes agentes inmobiliarios. Además, la división entre los vecinos por las zonas y el tiempo que hace que viven en la Villa complican todavía más la necesaria coordinación.

De todas formas ya existen varias iniciativas para resistir. Una asamblea de vecinos se reúne periódicamente en el barrio Comunicaciones y viene realizando distintas actividades para difundir entre los vecinos el peligro de desalojo y la necesidad de organizarse. También se redactó una carta dirigida a Macri que firmaron varios organismos de derechos humanos, agrupaciones y vecinos que se cierra planteando el derecho de los pobladores al hábitat que construyeron durante todos estos años y a que se regularice y urbanice la Villa 31, además de la negociación abierta -y frustrada- con el ONABE (ver aparte).

Como siempre, la solución de fondo no se puede esperar de Macri, ni del Gobierno Nacional, ni de ninguno de sus organismos. Sólo la organización y la lucha de los vecinos, como mostraron los intentos de erradicación anteriores, pueden enfrentar el proyecto para ricos del macrismo y hacer que se reconozcan los derechos al suelo y la vivienda de los vecinos de la Villa.

Villa_31_recuadro.png


Por el trabajo, la vivienda y la tierra
en Tucumán la lucha es la misma

Foto_tucuman.pngLa experiencia llevada adelante en la provincia de Tucumán, involucra a vecinos y cooperativas de construcción de las organizaciones de desocupados Corriente Clasista y Combativa y de la Coordinadora de Organizaciones Barriales Autónomas (integrante del Frente Popular Darío Santillán) y Tierrha (organización de profesionales que trabajan en el Hábitat Popular), quienes compartimos y trabajamos en la gestión y construcción de viviendas, equipamiento comunitario e infraestructura, desde hace ya cuatro años.

La asunción de las nuevas autoridades nacionales y locales nos obliga a realizar un análisis del modelo de país que estamos construyendo.

Para ello partiremos de una experiencia de producción participativa del hábitat, llevada adelante con distintas organizaciones trabajando en Programas Estatales, donde cotidianamente desafiamos el modelo dominante.

…miles de arquitectos desocupados y millones de argentinos sin techo»¦

Foto_Coperativas_de_construccion.pngAunque el crecimiento económico registrado en los últimos años parece mejorar algunas condiciones sociales, la pobreza y la falta de trabajo siguen siendo profundas y evidentes.

A mediados de 2003 se inicia un proceso de reactivación de la obra pública. Sin embargo, estas intervenciones han incidido en no más del 5% del problema habitacional entendido en toda su complejidad.

Se implementan a través de la política pública del gobierno kirchnerista varios Programas, como el Emergencia Habitacional (construcción de viviendas nuevas) y el Mejor Vivir (mejoramiento, ampliación y completamiento de viviendas sociales) intentando relacionar la falta de vivienda con la desocupación a través de la creación de las cooperativas pero destinando una mínima parte del presupuesto a este tipo de producción del hábitat y todavía sin tener en cuenta gastos de proyecto.

Esto genera que tanto las empresas y cooperativas reproduzcan una serie de prototipos impuestos, que se ejecutan sin las consideraciones ni adecuaciones particulares de cada familia. Críticos a esto, desde Tierrha impulsamos una serie de proyectos para desarrollar alternativas de gestión participativa de las viviendas y los mejoramientos, pudiendo resolver las necesidades concretas de las familias. Sin embargo estos proyectos no tuvieron repercusiones en las instituciones estatales, quienes para excluir este tipo de propuestas, argumentaron la imposibilidad de hacer de ella una política pública eficaz, por ser «incapaz de optimizar los tiempos de su desarrollo».

poesia_tucuman.png
«¦desafiando formas de pensamiento»¦

A pesar de éste contexto, y habiendo construido conjuntamente con las organizaciones 140 viviendas nuevas y 3 centros integradores comunitarios, desde Tierrha decidimos llevar adelante el diseño de proyectos para cada una de las familias, realizando unos 130 proyectos, 20 de los cuales se encuentran actualmente en ejecución, y a través de metodología de participación donde cada familia pudo expresar sus necesidades y deseos, siendo así protagonista del proceso.

Con dicho proceso, que duró algo más de 6 meses, y contó sólo con los recursos del equipo profesional y de las organizaciones de base involucradas, se logró demostrar que sí es posible hacer de ella una Política de Estado, como lo demuestran muchas experiencias de distintos países. El problema no es la ineficiencia de la propuesta, sino la existencia de intereses económicos y políticos que condicionan el modo de producir la vivienda y la ciudad.

Entendemos que las prácticas que se realizan sin la intervención de los principales interesados, son formas concretas de reproducir las lógicas del poder, que esconden la permanencia del clientelismo político. Por eso, buscamos instalar la discusión sobre el vínculo que debe establecerse entre sectores históricamente separados como el popular y el técnico- profesional, y trabajando juntos para reconstruirnos.

«¦a modo de cierre»¦Recuadro_de_fotos_mas_logo_Tucuman.png

En la Argentina, todos los fondos de financiamiento en concepto de vivienda e infraestructura parten de una situación de dominio de la tierra resuelta, es decir de títulos saneados, ya sea de los vecinos o del propio Estado para poder transferirla. Es decir que el acceso a la vivienda está condicionado por la propiedad, por eso una gran cantidad de familias no serán alcanzadas por las políticas actuales y precisamente son las más vulnerables, las que quedan expuestas.

Pese a todas sus «intenciones» de resolver la grave situación habitacional argentina, el gobierno no posee una política concreta sobre el acceso a la tierra de los sectores populares, ni urbanos ni rurales. Porque para hacerlo debería, necesariamente, cuestionar la propiedad privada que carece de fines sociales. La falta de acceso por otros medios empuja a una amplia franja de la población a tomar tierras, obligando a poner en riesgo a nuestras familias y nuestras organizaciones. Así, la conquista por los derechos (a la vivienda, a la ciudad) tiñe de ilegal lo que es una legítima práctica social, sin que el Estado ofrezca ningún tipo de solución.

Una de las características de la realidad actual e histórica es que la autoridad de los hombres pasa necesariamente por el poder sobre la tierra. Un jurista mexicano, Antonio Azuela de la Cueva, decía que la propiedad es el poder para excluir al otro. Es decir, que la tierra siempre opera como mediación de las relaciones de poder entre los seres humanos. Por eso luchar por la tierra hoy, como ayer, es discutir el orden vigente, el estado actual de las cosas confiando plenamente en la legitimidad de nuestro reclamo.
Porque en un país donde las desigualdades sociales son cada vez más profundas, donde la educación, el trabajo, la vivienda y especialmente la tierra, dejaron de ser un derecho, es necesario volver a reivindicarlos socialmente.

TIERRHA (Trabajo por la Integración de un Espacio de Resistencia y Reconstrucción del HAbitat)


El pequeño manual del tomador/a de tierras

Segunda entrega

Foto_pequeno_manual.png ¿Qué cosas tenemos que tener en cuenta a la hora de dar los primeros pasos para
organizar una toma de tierras?

 Es importante conocer la situación dominial del terreno: saber cuál es el terreno, a quién pertenecen las tierras, para ello es necesario averiguar y no guiarse por lo que nos dicen. También es importante el trazado de las parcelas del predio para cada una de las familias, para que haya espacios libres para calles y espacios comunes: como plazas o salas de primeros auxilios.

 También tenemos que conseguir los datos catastrales (es la forma en que el Estado identifica los inmuebles, por ejemplo: partido, circunscripción, sección, manzana, parcela).

¿Cómo podemos conseguir los datos catastrales?

A través de una boleta de Tasas Municipales o de Impuesto Inmobiliario de Rentas Provincial o también teniendo acceso al Plano Municipal que contiene datos catastrales. Sin embargo, lo más conveniente es llevar un dibujo del plano del barrio con sus límites a la oficina que se ocupe del tema de asentamientos. En el plano tiene que tener:

«¢ Límites claros

«¢ Las calles como referencia.

«¢ Las vías de ferrocarril, arroyos, etc.

 Hay que averiguar quién es el dueño del terreno: una vez que tenemos los datos catastrales hay que pedir un «Informe de dominio» que nos dice quién es el propietario de la tierra, a nombre de quién está. Este trámite lo puede realizar un abogado, un agrimensor, un escribano o un gestor. A partir de este informe sabremos si las tierras son:

 Fiscales: es decir de propiedad del Estado(Nacional, Provincial, Municipal o de una empresa del Estado)

 Privadas: es decir de un dueño particular. Con esto sabemos quién es el propietario, desde cuándo está inscripto, si tiene deudas hipotecarias, embargos, etc. Las dudas municipales se averiguan en la oficina de Rentas de la Municipalidad. Las deudas provinciales en Rentas Provincia.

Tener en cuanta que:

 Puede ser que el PROPIETARIO que figura en el registro de la propiedad, el que tiene la última escritura a su nombre, haya por ejemplo realizado una venta a través de un boleto de compraventa o una cesión de derechos.

 Un mismo asentamiento puede tener distintas parcelas con distintos propietarios.

 Que el propietario tenga una deuda impositiva no significa que el terreno se pueda expropiar directamente por el Estado.

Extraído de «Por una tierra nuestra. Los caminos en la lucha por la tierra», de la organización Madre Tierra

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La s esperanzas se renuevan: Festival por los 2 años de la toma de San José

Foto_San_Jose.pngLa toma del Barrio Nuevo Agustín Ramírez de San José, partido de Almirante Brown, cumplió dos años de lucha y resistencia el 28 de octubre de este año. El festejo se hizo el sábado 3 de noviembre. El festival lo hicimos en el Centro Cultural «Las Cavas», donde participaron muchos niños/as y vecinos/as del barrio.

Pasaron muchas cosas desde aquel 28 de octubre de 2005 cuando con el apoyo del Movimiento de Trabajadores Norberto Salto decidimos tomar las tierras ubicadas entre las calles Jorge, Tierra del Fuego, Misiones y Piedrabuena. Nuestro objetivo principal era construir viviendas dignas, parquizar la zona y construir un centro cultural. Esto lo vamos consiguiendo de a poco.

Del festival participaron la Murga «Los Desacatados» que nos alegraron la tarde con el baile y los tambores. También hubo una muestra de fotos del «Proyecto Fotográfico Colectivo», que empapelaron el Centro Cultural con las fotos de luchas de otros/as cumpas. Bailamos danzas folklóricas y más hacia la noche disfrutamos de unos choripanes. También repartimos por todo el barrio el 4º boletín de la toma, donde recordamos aquel día cuando tomamos el predio, contamos los talleres que se dan en el Centro Cultural y empezamos a compartir los primeros datos de un censo que hicimos junto a compañeros/as de la
Agrupación El Viejo Topo para poder conocer la situación, las condiciones de vida y los problemas que tenemos los vecinos/as de la toma.

Sobre el plan de viviendas por el que venimos peleando, en la última asamblea de la toma que tuvimos en el barrio, leímos los documentos que nos dieron en el Municipio en relación al nivel de contaminación de la tierra (dicen que el predio es apto para la construcción de viviendas familiares) y el de Nación en donde fijaban el monto de inversión para la construcción de nuestras viviendas. Es muy importante no conformarnos con esto, seguir peleando y por sobre todo unirnos, por que el plan solo será posible si nosotros y nosotras que vivimos el día a día de la toma, nos organizamos y peleamos todos/as juntos/as.



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