Acerca de la minería: marco general de la problemática
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«Una sociedad se define no sólo por lo que crea, sino también por lo que decide no destruir” Edward O. Wilson
Compartimos con uds. un apartado de nuestro boletín, acerca de la minería – marco general de la problemática:
«Históricamente la explotación minera se realizaba a pico y pala y dinamita abriéndose paso al corazón de la montaña. Así tuvo lugar el primer auge de la actividad minera. Con los avances tecnológicos en el área de las comunicaciones de los últimos tiempos y la demanda creciente de diferentes tipos de metales (utilizados en la cadena de producción de computadoras, celulares, baterías, etc.), y fundamentalmente el patrón de acumulación del sistema capitalista (el 85% de la producción anual de oro es empleado con fines suntuarios y de reserva monetaria)[1], la demanda de metales creció significativamente. La respuesta a esta demanda se logró gracias a nuevos avances científico-tecnológicos, principalmente de la geología y la ingeniería, que posibilitaron el desarrollo de un nuevo método de extracción: la megaminería a cielo abierto. A partir de la implementación de este método de explotación en la Cordillera de los Andes y la mayor parte de las Sierras argentinas (al igual que en el resto de los países Latinoamericanos), las empresas mineras transnacionales comenzaron a interesarse en la región.
En los años 90, en lo que algunos historiadores denominan la «segunda década infame”, Argentina abrió silenciosamente las puertas a la megaminería. Con la sanción de algunas leyes en 1993 se realizó el primer paso en la consolidación del «acuerdo federal minero”. A partir del mismo, la actividad minera tendría beneficios impositivos, estabilidad fiscal por 30 años, reintegros en las exportaciones realizadas a través de los puertos patagónicos y quedaría exenta del pago de derechos a la importación de insumos relacionados con la minería. A su vez, las provincias no podrían cobrar más de 3% en regalías. El segundo paso que sentenció el modelo extractivo-minero de nuestro país fue la reforma de la Constitución Nacional en 1994, y su consecuente entrega de los recursos naturales a manos de las provincias. Así, los gobernantes de turno de cada una de ellas tuvieron vía libre para negociar según sus propios intereses.
Como resistencia de los pueblos de las distintas regiones, a nivel nacional comenzó el surgimiento de diferentes Asambleas (hoy en día existen más de 70) que se organizaban en torno a la problemática minera y la protección del agua, recurso estratégico para la vida. Uno de los emblemas de la resistencia en Argentina fue la pueblada de Andalgalá en febrero de 2010, cuando se alzaron espontáneamente contra el aparato represivo del Estado luego de un desalojo de un corte de ruta, instalado para evitar el paso de maquinaria para llevar a cabo las obras. Andalgalá no es más que una simple muestra de un fenómeno creciente. Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, existen en la actualidad 154 conflictos registrados en los países latinoamericanos que involucran 184 proyectos mineros y 222 comunidades. Del total de conflictos en la región, 24 están en el territorio argentino.
La consecuencia de este sistema extractivo no sólo genera contaminación y destrucción de ambientes naturales, sino también el uso desmedido de agua y energía en regiones donde ni los mismos pobladores tienen acceso a ellas en cantidades suficiente, y provoca además un choque de sentidos entre los objetivos mercantiles de las empresas y el modo de vida de las comunidades.»
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texto completo: http://colectivodesdeelpie.wordpress.com/contra-la-megamineria-y-mas-alla-de-la-mineria/
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Por Colectivo desde el Pie