30/08/2008

Audiencias en el juicio a represores del Primer Cuerpo

Reproducimos gacetilla de prensa:

TESTIMONIOS COMPROMETIERON AL CORONEL BARDA

El rastro de Magliaro llega hasta el GADA 601

Después de volar unas dos horas desde aeroparque, un avión tipo Sesna del Ejército descendió directamente sobre territorio del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601, lindante a la ruta 11. A bordo venía el policía militar Roberto Eduardo Berazay, quien tenía como misión el traslado de Analía Delfina Magliaro, una joven que había sido secuestrada casi tres meses antes en La Plata mientras estudiaba en casa de una compañera. La pista de aterrizaje, dijo el militar retirado, era de tierra. «Vista desde arriba parecía que ibas a dar con los acantilados o el mar”, mencionó en su declaración ante el Tribunal Oral Federal Nº5. La joven, que ya había pasado por la comisaría quinta de La Plata , el centro clandestino de detención conocido como el Vesubio, y la comisaría porteña 34 de la Policía Federal , llegó con vida a Mar del Plata. Fue recibida por el capitán Valentín Rezetti en el GADA 601 donde el represor Alberto Pedro Barda era amo y señor. Días después fue asesinada en un enfrentamiento ficticio.

Berazay estudiaba en la Escuela de Guerra cuando se produjo el golpe militar el 24 de marzo de 1976. Enseguida se suspendieron las clases y los oficiales fueron redistribuidos en distintas unidades. Él fue derivado a la Policía Militar 101, en el barrio de Palermo. «La conocí circunstancialmente”, mencionó el militar retirado de 67 años. Ante la pregunta del fiscal Félix Crous acerca su contacto con Magliaro recordó que le fue ordenado retirar a la joven de la comisaría 34.

Acudió en horas de la mañana del 4 de agosto de 1976 al destacamento de la Policía Federal donde no quisieron entregarle a la detenida. Averiguaciones mediante, a media mañana retiró a Analía «“que estaba detenida en «un calabozo o un cuarto”- a bordo de una camioneta, hasta aeroparque. Ingresó «por la parte militar” y abordó un vuelo de un avión pequeño, tipo Sesna, del Ejército Argentino. El viaje duró un poco más de dos horas y no intercambió palabra alguna con Magliaro. El paso de Berazay por la ciudad fue fugaz: el piloto le había dicho que por cuestiones «técnicas o meteorológicas” no podían viajar de noche y por tal motivo debió apresurarse. Le entregó la joven a un hombre del Ejército, firmó un acta y se marchó.

Todo quedó asentado en libros oficiales. Berzay reconoció su firma en remitos y actas de la fuerza; y mencionó que debía hacer copias por triplicado para los distintos estamentos. Analía fue entregada con vida el 4 de agosto a las 12 en el GADA 601. Sus hermanos debieron reconocer el cadáver de su hermana días después, torturada y baleada en un presunto enfrentamiento.

EL RECONOCIMIENTO DE ANALÍA

Juan Alberto y Mario Miguel Magliaro son sus dos hermanos. Ambos acudieron a Mar del Plata cuando les llegó la notificación que indicaba que su hermana había muerto «en un enfrentamiento”. Debieron ir directamente a la comisaría cuarta, que funcionó como centro clandestino de detención durante la última dictadura cívico militar. El mismo Barda reconoció en su declaración de 1987 que tanto la policía bonaerense como la federal estaban a él supeditadas.

Los hermanos de Analía fueron los primeros en declarar en la tercera audiencia del juicio contra los brigadieres retirados César Comes e Hipólito Mariani y contra el coronel Pedro Barda. Los acusados estuvieron ausentes Recordaron la noche del 19 de mayo de 1976 cuando su hermana fue secuestrada de la casa de una compañera de la carrera de Comunicación Social, junto a otras dos jóvenes, quienes el martes prestaron declaración ante el Tribunal.

La búsqueda desesperada de su mamá Delfina no encontró respuestas en la Justicia , la policía, los ministerios ni la Iglesia. 21 de septiembre de 1976. Dos patrulleros acudieron a la casa de los Magliaro. Uniformados fuertemente armados, descendieron de los móviles y entregaron una nota mecanografiada, la cual relataba que su hermana estaba muerta y les daba un plazo de 48 horas para retirar el cuerpo.

Esa misma noche viajaron hasta Mar del Plata. Debían presentarse en la seccional cuarta, situada en Chile y Alberti. Al llegar, fueron recibidos por un subcomisario, apodado «el Turco”, según reconoció Juan Alberto. Acompañados por un efectivo policial, acudieron al Cementerio de la Loma para identificar el cadáver.

El cuerpo presentaba signos de haber sido torturada, quemaduras en las muñecas y en los tobillos, tenía tres disparos en tórax, abdomen y zonas bajas. Vestía ropa varios talles más grandes que el suyo y tenía un pañuelo anaranjado atado al cuello. El cuerpo fue llevado hasta La Plata , donde fue sepultado el 24 de septiembre de 1976.

Fuente: HIJOS Mar del Plata



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