Fin de año caliente: La política es también dinámica de lo impensado

Un gobierno que parecía absorber todas las contradicciones sociales que le fueron surgiendo a lo largo de su gestión, que se dirigía raudamente a un fin de año triunfal, sufrió un revés de proporciones tanto en el parlamento como en las calles mientras acentuó su deriva autoritaria. Por Eduardo Lucita.

El gobierno y el propio presidente Macri estaban envalentonados luego de los sucesivos triunfos electorales en las PASO de agosto y las legislativas de octubre. Lo puso blanco sobre negro en la reunión del CCK donde, bajo el lema de «ahora o nunca”, el presidente presentó su reformismo permanente, materializado en las reformas fiscal, laboral y previsional. Culminaría con la 11° conferencia interministerial de la OMC y el anuncio con bombos y platillos del Acuerdo UE-Mercosur, mostrando que Argentina regresaba al mundo y que era «un país normal”.

Ilusionaba así terminar triunfalmente un 2017 que comenzara con el marzo caliente y sus movilizaciones multitudinarias, que continuara con el nunca bien explicado affaire del Correo Argentino, con el rechazo del 2×1, con la muerte en un contexto represivo de Santiago Maldonado, con el asesinato por la espalda del mapuche Nahuel, con la desaparición del submarino ARA San Juan»¦

Nada salió tal lo pensado

La 11° Conferencia Interministerial de la OMC será recordada solo por el caos de tránsito y las dificultades para el traslado de personas que provocaron las medidas de seguridad de la ministra Bulrich, coronadas con la insólita prohibición de ingreso al país de militantes y activistas de ONG acreditadas en la organización internacional. La conferencia como tal terminó en un verdadero fracaso, muy por debajo de las anteriores (Nairobi 2015, Bali 2013), ya no se trata de una organización estancada sino que a partir de Buenos Aires 2017 está en retroceso. Tal como lo admitió Susana Malcorra, presidenta de la cumbre, «Evitar un derrumbamiento del sistema también es importante”.

Fracasó también la intención de anunciar en el marco de la OMC el Acuerdo del Mercosur con la UE. Los negociadores argentinos y brasileros cedieron más de lo previsto pero no lograron que los europeos abrieran los mercados de carnes, granos y regionales, por el contrario exigieron mayores concesiones en obras públicas y otros rubros. Así el acuerdo fue postergado para el 2018 y las pretensiones del gobierno de Macri de ser reconocido como «Paladines del libre comercio” quedaron en la nada.

Pero el pico de lo impensado llegó con el tratamiento parlamentario de la reforma previsional. Previamente la laboral, con algunas modificaciones, fue acordada con la cúpula de la CGT, ya que el modelo sindical no fue tocado, y la tributaria fue consensuada con los gobernadores, que cambiaban votos por dinero sabiendo que esto se transformaría en votos nuevamente al momento de sus reelecciones. Estaban entonces listas para ser sancionadas. Restaba la previsional que es prioritaria y clave ya que financia todos los acuerdos y abriría las posibilidades de triunfo electoral en el 2019, por la fuerte transferencia de recursos a Provincia de Buenos Aires. Fue aprobada por el Senado más rápido de lo que entró y se suponía un trámite similar en diputados.

Sin embargo en el lapso que va del tratamiento de una cámara a otra se conocieron detalles del proyecto. No solo se trataba de un recorte al reajuste jubilatorio del orden del 8 por ciento, que afectaría derechos adquiridos, sino que también se modificaría la tasa de reposición, por lo que el haber jubilatorio inicial, hasta ahora del orden del 62 por ciento del salario conformado podría reducirse hasta el 40 por ciento. Con lo que más que de una reforma se trataba simplemente de ahorrar gasto previsional afectando no solo a los ya jubilados sino también a los trabajadores en actividad y futuros jubilados.

Reservas hay

La reacción social no se hizo esperar. El rechazo a la reforma creció día a día, primero en los programas periodísticos, luego en las fábricas, escuelas y lugares de trabajo, también en los barrios. Esa reacción masiva forjó una alianza tácita «“la izquierda, el kirchnerismo combativo, las dos CTA, seccionales gremiales enroladas en la CGT, movimientos sociales y otras fuerzas políticas de oposición. Esto contrastó con la militarización orquestada por la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Resultó un despliegue inédito desde el Estado de Sitio de diciembre del 2001 como también lo fue la irracional represión de las fuerzas de seguridad lideradas por la gendarmería. Lo que demuestra que las muertes del sur no fueron por exceso de algún que otro gendarme, sino porque tienen vía libre para la represión. Un dirigente del peronismo graficó así la situación: «»¦un Parlamento tomado, el Senado cerrado y el Congreso lleno de agentes de inteligencia sacando fotos adentro»,

Así el pasado jueves 14 -en el que hay que incluir la represión en La Plata por el intento del gobierno provincial de vaciar el Instituto de Previsión Social- cerró un ciclo de tres días consecutivos de movilizaciones de miles y miles de personas -contra la OMC, por los derechos de los trabajadores de la economía popular, contra las reformas- que fueron brutalmente reprimidas con un saldo de numerosos heridos y más de medio centenar detenidos.

Es claro que hay una deriva política autoritaria del gobierno que es incapaz, por su propia naturaleza, de encausar el conflicto social. Pero esto no debe tomarse como un símbolo de su fortaleza, por el contrario como muchas experiencias nacionales e internacionales lo mostraron a lo largo de la historia, en un símbolo de su debilidad.

El valor de la unidad

Aquella alianza forjada de hecho en acciones comunes en el parlamento y en las calles, revalorizó la unidad tantas veces proclamada y poca concretada y obligó a la CGT a pronunciarse y a amenazar con un paro. De conjunto hicieron abortar el tratamiento parlamentario y aplicaron una fuerte derrota política al gobierno.

Se trata de un triunfo temporal que deberá ser ratificado en los próximos y decisivos días, pero que, sin desconocer las dificultades, aleja toda interpretación pesimista de la coyuntura y deja descolocados a aquellos que preconizaban que solo en el parlamento se derrotaría esta ofensiva reaccionaria, por el contrario la calle resultó decisiva. Como en cada situación crítica las reservas de nuestro movimiento obrero y popular afloran con toda su fuerza y forjan las necesarias unidades sociales y políticas que muchas veces las distintas tendencias dificultan.

Los próximos días la pondrán nuevamente a prueba.

Eduardo Lucita, integrante del colectivo EDI «“Economistas de Izquierda

Nota: varias horas después de cerrada esta nota versiones periodísticas dan cuenta que el gobierno tendría preparado un DNU fijando un bono compensador para los haberes jubilatorios hasta 10.000 pesos, que sería de distintos importes para quienes se hubieren jubilado con aportes, sin aportes y para los titulares de AUH. Esta sería la base de la renovada connivencia dolosa con los gobernadores, que a cambio garantizarían la presencia de sus diputados para la sesión parlamentaria del próximo lunes. El DNU solo sería firmado por el presidente una vez aprobada la reforma.