15/09/2017

Viraje mediático (II): de la estigmatización al espectáculo

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Tuvieron que pasar más de 40 días para que un noticiero de televisión emita una entrevista a Sergio Maldonado, hermano de Santiago, en la que pueda expresar lo que siente en relación a su desaparición forzada. Mientras los medios hegemónicos viran de la negación a la idea del «hecho aislado” buscando preservar al Gobierno de su responsabilidad institucional, también el «espectáculo” se hace presente en el abordaje de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, apelando al golpe emotivo pero evitando un aporte mayor al esclarecimiento del caso. De todas formas, la posibilidad de que sean publicadas las declaraciones de Sergio Maldonado, con las pertinentes críticas a las instituciones responsables, supone la caída de un cerco mediático. Por Ramiro Giganti, para ANRed.


La entrevista ocupa un lugar destacado en la señal, presentada como lo que es: la noticia más importante de estos días. Pero también lo era un mes antes, cuando esa misma señal alternaba la negación con el ataque abierto a la víctima o su entorno. El moderado Nelson Castro era claramente el indicado para la ocasión: no podía ser Jorge Lanata o Nicolás Wiñazki, tampoco Alfredo Leuco. Ninguno de todos aquellos que abiertamente habían «declarado la guerra” (usando una frase de Leuco) a la familia Maldonado.

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Ninguno de los que criminalizaron, tanto a la comunidad mapuche con la que Santiago Maldonado se relacionaba como al anarquismo con el que «Lechuga” simpatizaba, o el ataque a sus seres queridos y quienes se pregunten por su desaparición forzada. El indicado para esta ocasión tenía que ser Nelson Castro, alguien que venía trabajando «con moderación”, alguien con quien Sergio Maldonado pueda conversar con tranquilidad. Tenía que generar la confianza en el entrevistado para empezar preguntando sobre la familia, sobre «cómo era Santiago” e incluso sobre el hecho y la investigación, para luego, de manera gradual, pasar «del periodismo al espectáculo”, pero sin dejar la marca estigmatizante de «el gran diario argentino”.

La entrevista, que llega con al menos un mes de demora, tiene un contenido crítico (no solo por las declaraciones de Sergio, cuyo espacio supone una decisión editorial, como también lo supuso la negación a ese espacio durante 40 días). Ese contenido crítico, ausente en los 40 días previos es un claro testimonio del viraje mediático. La primer pregunta tiene diversas interpretaciones: «Sergio ¿Sabías que tu hermano estaba en el corte?” Tal vez buscando satisfacer al televidente consumidor de esa señal que durante un mes recibió informes que apuntaban a «un extraviado artesano” o directamente el estigma en relación al «corte de calle”. Sin embargo, la respuesta de Sergio fue en dirección clara: habló de las pruebas contundentes de que Santiago estaba en esa movilización, lo que refuta las «pistas falsas” divulgadas por la ministra de seguridad Patricia Bullrich y difundidas por los medios hegemónicos (incluído el canal que transmite la entrevista). Sergio también expresó su malestar por las malas interpretaciones, pero todo con mucha calma y sencillez.

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Sergio habló de cómo desde las instituciones se dilató la información, algo que también se aplica a los medios hegemónicos que actuaron en consecuencia con las instituciones (ministerios, Gendarmería y juzgado, entre otras). Sergio cuestionó desde la gestión, a la ministra de seguridad, y también su rol de encubrimiento con la Gendarmería. Puso en evidencia cómo la ministra Bullrich defendió a la gendarmería, y hasta cuestionó su léxico relacionándola con un «barrabrava”. Comentó que el Juez recién lo recibió por la presión y que no se sintió satisfecho con la reunión. En la mitad de la entrevista llegó la pregunta esperada: «¿Te preocupa la utilización política del caso?” La respuesta de Sergio fue concreta: «por más que yo me quiera alejar se toma políticamente («¦) los derechos humanos o la vida también es política, todos hacemos política”. Después aclaró que le puede molestar que alguien lo use en beneficio propio, que no puede controlar eso, pero que es muy grave que se use a la politización como excusa para que no se pueda preguntar por Santiago: «Si pedir por Santiago es hacer política, entonces yo hago política”.

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Hay detalles que no son menores en la edición y lo visual de la entrevista: al preguntarle por la supuesta «utilización política” se muestra una imagen de la movilización a Plaza de Mayo donde se ven algunas banderas. No es un dato menor la edición: no apareció el presidente Mauricio Macri, o funcionarios políticos vinculados o competentes en el caso como la ministra de Seguridad o el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, sino la movilización en su apoyo. Esa imagen dice mucho, y refleja la intencionalidad de la pregunta. Lamentablemente Sergio no veía la edición mientras respondía.

El final de la nota fue hacia la parte más espectacular desde lo emotivo, con preguntas sobre la vida cotidiana de Santiago y la familia, y finaliza con un leve tono «amarillo” al buscar las lágrimas del entrevistado pidiéndole que le hable a Santiago con la esperanza de que esté con vida viendo ese informe. La espectacularización supone una forma de banalización.

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Si bien la entrevista contiene rica información en las declaraciones de Sergio, que ese mismo canal ocultó durante un mes, también aparecen formas que buscan atenuar el impacto de la información emitida. Hubo otros casos en donde tanto la idea de estigma, como la de espectáculo estuvieron presentes, como la repudiada entrevista en la que el conductor Nicolás Repetto entrevista al mapuche Fernando Jones Huala, hermano de Facundo, con un pasamontañas puesto. El nivel de ridiculez hace que esa entrevista no merezca siquiera análisis alguno, pero vale mencionarla como un ejemplo más (tal vez el más grotesco) sobre estigmatización y espectacularización de un caso tan serio.

Éste viraje supone una conquista: la ruptura de un cerco mediático en torno a la desaparición de Santiago Maldonado, y como tal merece ser celebrado. Pero como tantas otras veces, el cerco mediático se recompone. Ocurrió con la desaparición de Luciano Arruga, a quien incluso se lo ha mencionado por quienes en su momento silenciaban su desaparición sólo para atacar a quien pregunta por Santiago Maldonado.

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Ocurrió con muchos casos de mujeres desaparecidas e incluso con el machismo que cotidianamente promueven los medios hegemónicos, y que tras las masivas movilizaciones de mujeres fue puesto en jaque, pero que aún sigue tristemente vigente.

Vale mencionar que el próximo lunes 18 se cumplirán 11 años de la segunda desaparición de Julio Lopez, y desde el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVyJ) se está convocando a una masiva movilización a las 17 desde el Congreso Nacional a Plaza de Mayo por ambos casos: la desaparición de López y la de Santiago Maldonado.

Que un medio hegemónico después de difundir un sinfín de pistas falsas (y hasta aferrarse a alguna de ellas luego de que sean desmentidas), un medio desde el que se criminalizó al entorno de Santiago e incluso se acusó a quienes reclamen por Santiago Maldonado de «declarar la guerra”, publique esta «amena” entrevista a Sergio Maldonado, debe tomarse como una conquista por las movilizaciones, por la difusión en redes sociales, y por el trabajo de medios alternativos informando lo que éstos medios silenciaron. Pero de ninguna manera debe significar la confianza en los medios corporativos, que durante más de un mes mostraron intereses ajenos al compromiso con la información.

Pero a pesar de que no sabemos dónde está, al menos hoy, incluso en ésos medios que los desaparecieron durante un mes, podemos decir: Santiago Maldonado «¦ ¡¡Presente!!



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