04/07/2017

En un contexto de parcialidad judicial y manipulaciones mediáticas, la defensa de Victoria Aguirre recusó al Tribunal

p1050913.jpgEl abogado defensor de Victoria Aguirre, Roberto Bondar, recusó al Tribunal Penal Nro. 1 de Oberá por falta de imparcialidad, en el inicio de la tercera audiencia del juicio por el crimen de Selene Aguirre, luego de dos jornadas donde, según también lo pudieron constatar las organizaciones que integran la Mesa por la Absolución de Victoria Aguirre, no hubo equidad en el trato proporcionado a los abogados, a los testigos y a los propios acusados. Por Mesa por la Absolución de Victoria Aguirre.


Las últimas informaciones desde el Juzgado indican que el juicio fue suspendido hasta que los miembros del Tribunal, Francisco Aguirre, Amalia Avendaño y José Pablo Riveros, acepten o rechacen las imputaciones y comparezcan junto a Bondar ante un tribunal independiente, que deberá resolver el incidente. Según el juez Francisco Aguirre esto podría resolverse entre el jueves y viernes de esta semana.

La falta de imparcialidad también fue constatada por el abogado Pablo Fiscarelli, del Consejo Nacional de Mujeres, quien asistió la primera jornada del debate oral y señaló en una entrevista que el tribunal no ponía limitaciones a la fiscal Salguero o al abogado Moreira y sin embargo sí lo hacía con el defensor Bondar. Fiscarelli también había enfatizado la falta de perspectiva de género de los funcionarios judiciales,y se lamentó que estuvieran atravesados por «el modelo machista y patriarcal».

Por su parte, la ex magistrada Mirta López González, del Observatorio de Prácticas Penales de la Asociación Pensamiento Penal, que vino desde Buenos Aires para observar el juicio, sostuvo en una entrevista radial que al debate oral le faltaba «ordenamiento», y que la responsabilidad de mantener ese ordenamiento cabía al tribunal que ahora fue recusado, y no la pudo cumplir. «Cuando un testigo habla, hay que dejarlo hablar», indicó López al referirse a las oportunidades en que no dejaron terminar la frase a algunos de los testigos, y añadió que la falta de ordenamiento desorienta a la persona que está declarando.

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Segunda audiencia: censura a un perito psiquiatra

El médico psiquiatra Oscar Krimer fue el primer testigo de la jornada pero apenas pudo dar sus datos identificatorios cuando la fiscal Stella Maris Salguero de Alarción pidió que su informe de siete páginas, obrante en en el expediente de la etapa de instrucción del juicio, no sea considerado como prueba, porque no fue presentado en la etapa posterior. La solicitud fue aceptada por el tribunal, por lo que el profesional sólo tenía la instancia testimonial para desarrollar los puntos expuestos en el informe, informe que fue mencionado, entre otros documentos, en el Amicus Curiae presentado en el juicio por el Consejo Nacional de las Mujeres.

No obstante, el profesional no pudo desarrollar con amplitud los resultados de la entrevista que, por el lapso de cuatro horas, mantuvo con Victoria Aguirre el 19 de abril del 2015, porque cada vez que comenzaba a extenderse en los hechos de violencia de género relatados por Victoria, la fiscal o los miembros del tribunal lo interrumpían para decir que eso «ya se sabía» y «que no les interesaba».

Fue una contradicción evidente y una muestra de la parcialidad que denuncia Bondar que la fiscal dijera en un momento: «Ya sabemos todo eso, está en el informe», cuando el informe hacía unos minutos había sido rechazado como evidencia.

De todos modos, el psiquiatra pudo dar algunos elementos de la situación de pánico, depresión aguda y estrés postraumático en que se encontraba Victoria el día de la entrevista, como consecuencia de las experiencias de violencia de género que atravesó en su corta convivencia con Lovera, y que abarcaron situaciones de encierro, amenazas (a ella y a la nena), golpizas y violaciones.

Krimer quiso relatar en varias oportunidades lo sucedido el 27 de enero, cuando Victoria concurrió a la guardia del hospital Samic en uno de los intentos de pedido de auxilio que realizó la joven a pesar de su estado de indefensión y sometimiento, pero en cada una de esas oportunidades fue interrumpido y no pudo contar el suceso. El otro pedido de auxilio, según relató Krimer, ocurrió cuando se encontró con el conocido de su padre, Juan Amarilla.

La incomodidad de la fiscal con el testimonio de Krimer era notoria y, en ese sentido, cabe aclarar que el defensor presentó como argumento de su pedido de recusación las burlas que Salguero de Alarcón profirió en medios locales cuando se refirió al médico psiquiatra. La censura del tribunal hacia el profesional, en tanto, se puso de manifiesto cuando lo obligaron a circunscribirse en su declaración al certificado médico con el diagnóstico de la joven, el único documento que fue aceptado como prueba, y le impidieron dar detalles de cómo arribó a ese diagnóstico.

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El Territorio miente

La Mesa por la Absolución de Victoria Aguirre denuncia la manipulación en que están incurriendo algunos medios de comunicación de la provincia, incluyendo FM Show y El Territorio, que ayer usó un título desafortunado pero no casual para referirse a la audiencia, valorando un hecho en particular en medio de una serie de acontecimientos importantes, y valorándolo en forma impropia y malintencionada.

El territorio titula la nota de la cobertura de la audiencia de ayer con la afirmación: «Médicos desacreditaron la principal coartada de la madre de Selene». Sin ahondar en el hecho de que se evita nombrar a Victoria por su nombre en el título, hay que señalar que tal titular ni siquiera representa el contenido de la noticia que se despliega a continuación. En primer lugar, el término «coartada» se refiere técnicamente al momento del hecho que es investigado, y lo sucedido en la guarda del Samic el 27 de enero fue dos días antes, y constituye un ejemplo de los pedidos de auxilio que intentó realizar Aguirre días previos del fatal desenlace y no una coartada. El territorio da a entender así que Victoria no tiene coartada para el momento del asesinato, lo cual es una manipulación periodística. En segundo lugar, el doctor Gabriel Sena no pudo negar en su declaración ante el tribunal que una de las ventanas del lugar se encontrara abierta en el momento en que Aguirre y Selene estaban en observación y Lovera se encontraba afuera vigilándolas, y El territorio nada dice de esto.

En tercer lugar, lo que dijo la pediatra Cristina Schiefelbein no niega la declaración de Victoria de que Lovera estaba en el pasillo del lugar donde atendió a la niña y tampoco sus dichos de que tenía un cuchillo escondido con el cual la había amenazado. Lo que la médica negó fue haber visto una intimidación por parte de Lovera hacia Victoria (lo cual puede haber sucedido en los momentos previos a la atención). Además dio apreciaciones del estado emocional y mental de Victoria, tildándola de «agresiva», como cuenta El territorio, cuando en su declaración en etapa de instrucción la calificó de «ofuscada». Aunque Schiefelbein no es psiquiatra ni psicóloga, y por lo tanto no puede evaluar a qué responden esa supuesta agresividad u ofuscamiento, cabe aclarar que ni «ofusada» ni «agresiva» son estados emocionales «normales» y podrían corresponderse perfectamente con una experiencia de amenaza previa. Por lo tanto, el titular de El territorio no se corresponde ni con lo sucedido ayer en la audiencia, ni con el contenido de la misma nota; para llegar a esa conclusión hay que forzar mucho el enfoque del caso.

Cabe recordar, por otra parte, que la pediatra Schiefelben declaró en la instancia de instrucción y allí dijo que sintió miedo porque Lovera «le alzó la voz y porque es un hombre muy grande», y añadió que las palabras de Lovera fueron: «que se cree usted que es para internarla, nosotros la vamos a llevar a otro lado» y que esto sucedió en el momento del planteo de la internación. Esto tampoco fue recordado por El territorio, lo que hubiera servido para valorar decuadamente las declaraciones actuales de la profesional.

Con respecto a la posibilidad que supuestamente tuvo Victoria de pedirle auxilio cuando se quedó «sola», como declaró la pediatra, cabe las siguientes aclaraciones: «sola» no es una descripción exacta si el agresor y autor de la amenaza está a unos metros en el mismo edificio, y además, «no sólo hay que considerar las condiciones materiales que harían posible una reacción, sino sobre todo el contexto de violencia de género y por lo tanto las condiciones psicológicas y emocionales que impiden que una persona reaccione como tal vez reaccionaría en otro momento», como lo explica Mirta López González de APP. Cabe aclarar que APP también presentó un Amicus Curiae con este tipo de argumentos a la causa.

Médicos ratificaron pericia que perjudica a Lovera

Por otra parte, el Territorio no menciona que los médicos que hicieron la primera pericia para determinadar el estado mental de los acusados a los fines de su imputabilidad ratificaron lo expresado en esa oportunidad, con lo cual dejaron mal parado a Lovera, ya que la pericia en cuestión sostiene que el acusado tenía problemas de interacción con sus compañeros de trabajo, dificultades para relacionarse con los demás, intolerancia para aceptar opiniones ajenas y no manifestaba niguna señal de culpa o arrepentimiento ante lo sucedido, además de una distancia afectiva con respecto a su concubina y su hijastra.

El médico Flores ni siquiera es nombrado en la nota del «decano», y fue el que contribuyó a aclarar en su exposición que Lovera no manifestaba «timia» (es decir, emociones) en la entrevista que tuvo con él, aunque aclaró que no era psiquiatra para a partir de ahí hacer una calificación de su personalidad. También aclaró con relación a Victoria que las discordancias referidas en el relato de la entrevistada eran «totalmente normales», porque nadie se acuerda perfectamente de hechos tan traumáticos con todos sus detalles, y que, más bien, lo anormal sería lo contrario, porque sugeriría que se ha «fabricado» el relato de los hechos.

La mayor mentira y la evidencia más sospechosa

No obstante, la mayor mentira de El territorio, según lo expresa la Mesa por la Absolución de Victoria Aguirre, está en el fragmento en el que se refiere al testimonio del suboficial Gabriel Quiñones, perito de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la arenera Simon, donde trabajaba Lovera.

Dice El territorio: «La principal incógnita pasaba por determinar si el 28 de enero la mujer y su hija llegaron al lugar con el hombre, como aseguró Aguirre en el marco del supuesto secuestro del que era víctima. Con lenguaje técnico, Quiñones precisó que ese día Lovera se encontraba en su lugar de trabajo cuando llegó la mujer con la nena, por lo que se confirmó que no estuvo cautiva.»

Para la Mesa, esto es una mentira flagrante y sus integrantes están dispuestos a «mostrar las grabaciones que realizó el día del juicio para corroborarlo. Quiñones se negó dos veces a dar esa confirmación a pesar de las preguntas insistentes del abogado de Lovera, Moreira, porque, según explicó, a él le habían ordenado revisar las imágenes desde el momento en que aparecía Selene en las grabaciones, y no antes, por lo que no podía contestar nada al respecto.

El testimonio de Quiñones fue clave, sí, pero por una razón muy distinta a la que sostiene El territorio. En respuesta a una pregunta realizada por Bondar, Quiñones llamó la atención sobre una secuencia de las filmaciones denominada en la causa como «secuencia 3», en la cual Lovera aparece solo (sin Victoria), a las 01:55 del 29 de enero, llevando a la nena a una habitación de la arenera, y sale de ella cinco minutos después con la nena en brazos. La secuencia coincide con el relato de Victoria Aguirre acerca de lo sucedido esa noche, ya que ella estuvo dormida, aparentemente desmayada por efecto de narcóticos, y cuando se despertó, todavía abombada, Lovera le mostró una bolsa y le dijo «ésta es tu nena». Después sucedería todo lo que ya relató la víctima en inumerables oportunidades: Lovera llamó a un remise, le cubrió a la nena con una frazada, y se la dio cuando ella subió al móvil, mientras él las seguía con la moto; llegaron a la casa que estaban cuidando y ella se dio cuenta que no respiraba, por lo que empezó a hacerle resucitación, y después le pidió a Lovera que la llevase al Hospital, donde la nena ingresó fallecida y sólo Victoria fue apresada, porque el padrastro se había fugado. Así que la secuencia 3 es clave para dar validez al testimonio de Victoria Aguirre.

Sin embargo, cuando el defensor de Aguirre quiso indagar al testigo sobre la posibilidad de que en ese momento se hubiera cometido el asesinato, la fiscal y todos los jueces del tribunal hicieron un escándalo y no le dejaron proseguir con la pregunta, por lo que el testigo no pudo dar su opinión al respecto.



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