04/12/2016

Un balance del papel de Fidel

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Entrevista a Guillermo Almeyra, editorialista internacional de La Jornada (México), quien haciendo un panorama sobre la situación internacional, analiza las lecturas y repercusiones en todo el mundo por la muerte de Fidel Castro: «Entre los comentarios de los enemigos y los acríticos, ha faltado un balance del papel de Fidel», sostiene. En ésta entrevista también se explaya sobre el nuevo acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Farc, y las elecciones internas en la derecha francesa para enfrentar a Marine Le Pen. Por Mario Hernández, para ANRed.


M.H.: En el 90º cumpleaños de Fidel Castro habíamos hablado un poco sobre su figura, sobre su importancia política como estadista en los últimos 55 años, pero seguramente su muerte le debe haber provocado nuevas reflexiones

G.A.: Lo que pasa es que la inmensa mayoría de los comentarios son escritos por enemigos en los medios de prensa habituales como Le Monde que publica una larguísima entrevista a una profesora francesa que fue su amante en cierto momento, y dice que Fidel se reía de Lenin y de la dictadura del proletariado, y las cosas que planteaba el comunismo, en el mismo momento en que aparentemente lo llevaba adelante.

Pero hubo también otros comentarios que son acríticos, que elogian el papel del hombre, que indudablemente fue muy grande, desde un punto de vista absolutamente acrítico. Creo que lo que ha faltado es un balance.

Yo escribí un artículo en el que digo que Fidel fue sin dudas el estadista más grande de los últimos 50 años. Lo que habría que explicar es a Fidel en su contexto y en su época, lo que tuvo que hacer porque no tuvo más remedio que hacerlo mal, porque no le daban las condiciones o porque estaba impuesto por la URSS, y lo que pudo haber hecho y no hizo, también por errores, que son importantes y le causaron muchos problemas a Cuba.

Un error muy grande fue el de la zafra que desordenó totalmente la economía cubana en 1970 y la obligó a depender totalmente de la URSS, y otro error terrible fue creer que la URSS era eterna y basarse en una especie de ayuda que no era tanta sino que era comercio menos leonino por parte de la URSS que le pagaba más caro el níquel y el azúcar y le daba más barato el petróleo y en mayor cantidad del que necesitaba, de tal manera que Cuba tenía una economía subvencionada.
Pero pagar eso políticamente con el apoyo a la invasión soviética de 1968 a Checoslovaquia lo aisló completamente de buena parte de la izquierda mundial.

Otro error terrible fue la aplicación de la pena de muerte a Ochoa, el héroe de Angola, también a los que secuestraron ferrys, porque puso a Cuba al nivel de Texas o de China, quitándole autoridad moral.

Es un error confundir los países con los gobiernos, por ejemplo, reconociendo inmediatamente a los gobiernos de México, lo cual lo enajenó de la izquierda mexicana, o apoyando a la dictadura argentina durante la guerra de las Malvinas, creyendo que eso era favorable para el pueblo argentino. Y, sobre todo, lo que más le costó a Cuba fue la identificación entre el Partido y el Estado, y la aplicación de métodos estalinistas en el Partido y en el Estado durante muchos años como forma de retribuir la ayuda soviética.

Creo que eso hay que destacarlo porque obligó a Cuba a desarmarse en muchos aspectos ideológicos en primer lugar, y que desorganizaran a los que hoy tienen que resistir, que es la gente que hoy lo están haciendo de un modo conmovedor por la seriedad y la conciencia frente al féretro de Fidel.

M.H.: Venimos conversando del tema desde ayer, donde tuvimos la oportunidad de hablar con Ricardo Antunes y con el historiador Daniel Omar De Lucía que dijo algo que creo que se aplica perfectamente a sus palabras Guillermo: «En el barrio se aprecia mucho al amigo que habla con sinceridad”.

G.A.: Amigo es el que dice la verdad. No el que oculta las cosas.

M.H.: Yo creo que este es el sentido de su crítica que empezó diciendo que fue el estadista más grande de los últimos 50 años, porque Fidel tiene el mérito de haber resistido, desde una pequeña isla insignificante, el embargo durante tantos años. ¡hay que soportar a EE. UU. y su imperialismo a 90 millas! Creo que tiene el enorme mérito también de haber denunciado en el año 1991 el tema del calentamiento global en la Cumbre de Río de Janeiro. Recuerdo que en ese momento, mientras Fidel hacia su alocución advirtiendo este problema que hoy preocupa a toda la humanidad, había presidentes como el caso de Bush, Fujimori, y quien era presidente en ese momento de nuestro país, que se reían. Ayer también recordábamos el tema de la intervención cubana en África que fue un elemento determinante para terminar con el apartheid.

G.A.: Derrotó al régimen sudafricano que se derrumbó.

M.H.: Por eso digo, más allá de los méritos, el amigo tiene la obligación también de marcar lo que considera son errores o políticas equivocadas, donde muchas veces Fidel creo que privilegió la razón de Estado.

G.A.: Sí, porque antes que nada era un estadista. El Che Guevara antes que nada era un revolucionario que anteponía los intereses de la revolución a los del Estado. Fidel no, era un estadista cubano, el mayor que tuvo Cuba y la salvó de la agresión imperialista manteniéndola independiente. Hizo una tarea inmensa en un país que tiene menos población que el Gran Buenos Aires.

M.H.: Otra cosa que creo yo, más allá del atraso económico de Cuba, al menos lo viví así en un momento muy difícil para ese país cuando lo visité en 1994, es que debe ser una de las sociedades más igualitarias del mundo.

G.A.: Sí. La desigualdad existe y se está agravando, pero no tiene nada que ver con la desigualdad que existe en nuestros países donde hay gente que se muere de hambre que conviven con millonarios. En Cuba hay un régimen espartano, todo el mundo pasa dificultades y los que son privilegiados lo son porque comen dos veces por día, porque tienen un auto, servicios o una casa mejor, pero no están en el lujo. El propio Fidel, a pesar de lo que dicen calumniándolo que era millonario, era un espartano.

M.H.: En Buenos Aires se ha hablado de los millones de Fidel, cuando en realidad era un tipo austero.

Seguiremos esta discusión en el infierno

G.A.: Completamente, yo lo conocí, discutí con él en un Congreso sobre Marx que se hizo en La Habana justamente cuando en Cuba habían fusilado a los lumpen que habían secuestrado un ferry. Le dije públicamente ante la Unión de intelectuales en la que estábamos, que yo había sido Secretario del primer comité de apoyo a la revolución cubana en 1957, estuve preso en la cárcel de Las Heras por eso y siempre había apoyado a la revolución cubana, pero que le tenía que decir que el fusilamiento era un gravísimo error político que ponía a Cuba al nivel de Texas, que era un golpe terrible contra el socialismo y que haría difícil, incluso a todos los defensores de Cuba, abrir la boca al volver de ese Congreso.

Fidel me contestó: «tú sabes más que yo chico, ¿qué decía Marx de eso?”. Claro que Marx tenía declaraciones envenenadas hacia la burguesía, y Lenin y Trotsky fusilaban a mansalva durante la guerra civil y yo estoy en contra de eso. Porque otro aplica la pena de muerte yo no lo voy a hacer, lo considero un grave delito contra la humanidad. Además, esos lumpen se formaron durante la revolución, eran muchachos, no eran contrarrevolucionarios y Ochoa era el jefe de las fuerzas que combatieron contra los sudafricanos en Angola, era un héroe, por errores que haya cometido el fusilamiento es una barbaridad.

Al rato él me dice, «¿tú eres creyente chico?” a lo que respondí que no y me dijo: «bueno, entonces seguiremos esta discusión en el infierno”.

M.H.: Se ha firmado un nuevo acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, pero veo que es un acuerdo regado de muertos.

G.A.: Exactamente. Me recuerda desgraciadamente al acuerdo que firmó el M 19 que le costó 3.000 muertos. Porque mientras subsista la intervención de EE. UU. con el Plan Colombia y la relación de fuerzas que hace que el Ejército sea un instrumento de los narcos y la oligarquía y la extrema derecha uribista tenga casi la misma cantidad de votos que Santos que es el que promueve el acuerdo, los expone a ser cazados como patos, uno por uno. Ya han matado más de 200.

M.H.: Y ahora han amenazado de muerte a la senadora Piedad Córdova.

G.A.: Que incluso bajo Uribe tenía garantías. Avanzan y más con Trump, lo único que van a hacer es tratar de matar gente porque no tienen ni siquiera la traba que podría poner el Departamento de Estado en la época de Obama. Es una cosa terrible.

M.H.: Hubo elecciones internas en la derecha francesa, para enfrentar a Marine Le Pen.

G.A.: Sí, ganó el más derechista de todos, casi como Le Pen, la única diferencia es que es ultra católico, ultra clerical fascista. La diferencia con su contrincante es enorme, porque Juppé quería mantener la posibilidad de casamiento entre los que pertenezcan al mismo sexo, no aumentar brutalmente el horario de trabajo, en cambio, Fillon propone pasar de 35 a 39 horas pagadas como las 35, es decir, que los trabajadores trabajen 4 horas gratis para los patrones. Va a tomar medidas contra los inmigrantes, propone eliminar la sanidad para los inmigrantes o extranjeros. Es lo mismo que Le Pen, pero elegido constitucionalmente. Es un desastre, hay que ver qué candidato presentan los socialistas. Si no presentan un candidato más o menos creíble, que no creo que puedan, Fillon va a ser el próximo presidente, ya Merkel lo recibe como tal.

M.H.: O sea que serían dos opciones de ultraderecha.

G.A.: Exactamente. Va a haber que elegir entre el sida y el cáncer.



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