20/10/2016

¡Nombrarte, Lucía! una crónica desde Mar del plata

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El sur de Mar del Plata, hace unos meses se manifiesta distinto. Como ayer en el paro de mujeres, transformando el dolor en lucha, y llevando como bandera un poema: «nombrarte, lucía». Por Colectivo Harté para ANRed


Por ser una zona periurbana y alejada del movimiento, el sur de Mar Del Plata siempre estuvo visto como un «lugar de descanso» o «donde no hay nada». En mayo, después de que Josefina fue violada en la parada del colectivo de Playa Los Lobos, se empezó a cortar la ruta con el lema «tu dolor es mi dolor». Unos meses después, llega lo que pasó con Lucía en Playa Serena. Y esa ruta de paso, donde van miles de turistas hacia la costa, se transformó en un espacio a la resistencia, a la contención.

Ayer, en el paro de mujeres, muchas y muchos del sur, empezaron a manifestarse por primera vez. A levantar carteles haciendo lucha su cuerpo, a escuchar cantitos, a moverse en masa por una misma causa.

Lorena, del barrio Acantilados, expresó: «a pesar de la tristeza y la angustia de estos días, del peso de saber que circulan hienas que disfrutan del dolor ajeno, viví la marcha como un espacio de reparación social. Me encontré con caras nuevas, con viejas amigas del secundario que normalmente no concurren a las marchas, con muchos vecinos y vecinas de la zona sur. Aplaqué mis miedos al ver a mi hija de once años con un cartel, defendiendo su libertad».

Y así fue. Muchas mujeres de esa zona alejada, pero cerca (es una hora de distancia de la ciudad) se juntaron de temprano, en ronda a debatir como acercarse a las escuelas, como organizarse desde el sur, con un plan activo de concientización.

También hubo un micrófono abierto en frente de la Catedral, donde varias mujeres dieron su testimonio y expresaron lo que sentían. Como el caso de Yesica Maldonado, hermana de Tomás Pérez, un chico asesinado por gatillo fácil, «Por ni un pibe menos, ni una piba menos, justicia por todos nuestros pibes»,expresó Yesica entre lágrimas.

La marcha empezó por la calle Hirigoyen yendo sobre la calle Luro, y multitudinarias banderas políticas, de agrupaciones y personas vestidas de negro, con fotos de Lucía, comenzaron a movilizarse lentamente producto de la masividad, volviendo al monumento San Martín, ubicado en esta misma calle.

Las intervenciones fueron diversas. Desde alumnos y alumnas de La escuela De Arte Dramático (EMAD) corriendo entre la gente y gritando «Â¡no te calles!», siguiendo por mujeres que prendieron fuego un muñeco de madera, en repudio a la contrucción social del macho. También, las mujeres del sur, siguieron leyendo con el megáfono en distintos espacios del centro y de la marcha, el poema «nombrarte, lucía» que está circulando por muchas partes del país «como un ritual de redes, encendido, amoroso nos vamos tejiendo para nombrar a Lucía» dijo Clodet, la activista autora de este escrito, en colaboración con Mariam Pessah.

Luego de leer el poema, las mujeres ponían una foto de Lucía en el suelo, sostenida por 16 piedras.

La manifestación terminó mientras anochecía. Mientras se desconcentraban en el monumento, familiares, amigos y amigas de Lucía estaban en silencio en frente de la Catedral. En silencio, pero con sus fotos y banderas en alto. Como esa, acompañada de canciones que a Lucía le gustaba: «siempre una marca tuya llevará mi corazón».

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