Resistentes como las rocas, glamorosos y glamorosas como el gibré
El jueves, con una loca presentación después de dos años de arduo trabajo y sacrificio, se inauguró el portal web y revista «La Cascotiada”. ¿Qué es La Cascotiada? La primera publicación de actualidad LGTBIQP de la historia de Tucumán. Las notas abordan un amplio abanico que va desde la reflexión política y el arte drag hasta reseñas de películas y humor. Por Corresponsal popular en Tucumán
Además la plataforma tiene todavía en construcción el primer archivo sobre la historia gay de nuestra provincia. Tanta vanguardia junta merecía una inauguración a la altura de las circunstancias y ahí estuvo Amanda Ponce de Ponce que aportó su brillo como presentadora y un panel integrado por las y los impulsores de la publicación y militantes del colectivo «En Lucha”: Fabricio Jiménez Osorio, Patricio Dezalot, Renata Figueroa y Psicógena Lapsus. Quienes contaron con la compañía de Gisela Andreani y Diego Albarracín, como corresponsal exclusivo en Santiago del Estero. La prehistoria de esta gesta se inicia con los «Boletines Insumisos”, primera experiencia de publicación. Otro hecho importante en este camino fue el Encuentro LGTBI celebrado en el marco de las tomas estudiantiles de 2013. La revista se presenta como un órgano de difusión pero también como una trinchera de resistencia y reivindicación en nuestra provincia.
Las piedras duran para siempre
La publicación toma su nombre de una anécdota. Un día caminando por Buenos Aires Leopoldo Brizuela y Leda Valladares se encontraron con Juan José Hernández y la coplera le pregunto cuándo volverían a Tucumán, a lo que el escritor contesto: ¿A Tucumán, querida? ¿A qué? ¿A que nos cascotien? Una de las formas que los gays, las lesbianas y las travestis han encontrado de contrarrestar la violencia que se vierte sobre ellos y ellas, ha sido tomar las palabras que se usan para estigmatizarlos y resignificarlas, nos cuenta Fabricio. Así apelativos como «maricón”, «loca” y hasta «monstruo” (mostra dicen las travestis) han sido apropiados con orgullo como señas identitarias. La pedrada con la que la intolerancia busca acallar la diversidad se vuelve así en su contra cuando ya no puede herir.
Por esto quizá el primer número se llame «La Primera Piedra”. Lejos de la vergüenza y la sumisión, el movimiento LGTBIQP tucumano empuña esta revista como un elemento contundente presto a dar batalla a los represores de ayer y de hoy. Los pequeños cascotitos que se repartieron como souvenirs (envueltos en papel celofán, obvio) fueron el moño con el que concluyó el ágape. Una antigua tradición judía, nos cuenta Amanda Ponce de Ponce, consiste en dejar piedras en las tumbas de los seres queridos ya que, a diferencia de las flores, estas duran para siempre. Igual que la lucha por un mundo más justo.
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