28/06/2015

La política, ausente en la selección de los precandidatos

scioli_massa_macri.jpgTrece fórmulas presidenciales han sido oficializadas, en tres de ellas habrá internas. El proceso fue más un intercambio de figuritas que una discusión de propuestas y conceptos. Por Eduardo Lucita.


Finalmente los plazos legales se cumplieron; partidos y frentes electorales concluyeron la selección de candidatos. Todo el proceso se pareció más a un intercambio de figuritas o a un toma y daca que a designaciones en base a propuestas y conceptos. ¿Ahora volverá la política o la campaña seguirá sumida en la mediocridad?

La selección de candidatos para las presidenciales de octubre atravesó el primer tramo, el próximo será el 9 de agosto con las PASO. Trece fórmulas presidenciales han sido oficializadas, en tres de ellas (Cambiemos, UNA, FIT) habrá internas.

Puede decirse que en las principales puestos no hubo mayores sorpresas -incluso que Carlos Zannini o Axel Kicillof ocuparían algún lugar importante en el armado del FPV era un secreto a voces en los mentideros oficialistas- pero cuando se analiza en detalle la integración de las listas, por debajo de los principales candidatos de las diversas fuerzas, es otra cosa.

Subordinación a las encuestas

Compromiso social, trayectoria política, concepción ideológica han sido mutados por ausencia de pasado político, imagen, instalación mediática, desideologización. Así una vez más el cierre de las listas presentó candidatos cuyos principales méritos son estar ligados a los medios, ser familiar de algún dirigente, ex deportistas, artistas, etc. Esta suerte de despolitización de la política es lo que facilita los pases de un equipo político a otro, el subirse y bajarse de las candidaturas, tal lo que hemos visto en estos días en la feria de las vanidades.

No trato aquí de expresar un juicio moral sobre ciertas candidaturas, le escapo a cualquier tipo de moralina, sino señalar que atravesamos una etapa histórica en que haber sido consecuente a través del tiempo ya no es más, para muchos partidos o agrupaciones políticas, una condición para ser candidato, sino que ser candidato es un objetivo en sí mismo. Los elegidos no contraen entonces ningún compromiso con los electores, por el contrario son muy permeables a los poderes económicos. Es que cuando lo que manda son las encuestas la política se subordina a ellas y se degrada.

¿Qué polarización?

Opto por destacar dos fuerzas que escapan a esta caracterización: la cúpula de las listas del FPV (al menos hablan del proyecto y tienen un relato) y la totalidad de las listas del FIT (todos cuestionan el orden del capital). Si aceptamos que aún en la política (con su cierto grado de autonomía) las relaciones están mediadas por el capital, se puede comprender que la polarización FPV-Cambiemos es falsa. Falsa en el sentido que sus candidatos expresan de diferente manera los intereses del capital. Desde esta perspectiva la real polarización es FPV-FIT. Claro que en condiciones muy desiguales.

Tomando decisiones

La estabilidad coyuntural y las perspectivas de crecimiento del consumo interno -lo que no significa que la economía salga de su estancamiento-, junto con una recuperación de la presencia del PJ son las bases que sostienen el fortalecimiento de la intención de voto al FPV. Mientras que las presiones de la Liga de Gobernadores y de los barones del Conurbano bonaerense (léase intendentes) han sido decisivas en la reducción de candidaturas y no sería de extrañar próximas novedades en lo que hace a la Provincia de Buenos Aires.

La fórmula Daniel Scioli-Carlos Zannini prefigura así la alianza entre dos sectores -sciolismo/kirchnerismo- amalgamada por el PJ. La preferencia de CFK por Scioli fue impuesta por la realidad, mientras que la designación de Zannini es un mensaje hacia adentro del kirchnerismo -como también lo es la renuncia inducida del general Milani- para tranquilizar a los más díscolos y cuestionadores de Scioli, quienes previsiblemente ya se adaptarán sin mayores prejuicios. El gobernador de Buenos Aires es el verdadero triunfador en esta disputa, claro que al costo de tener que aceptar la camporización de las listas de legisladores nacionales.

El impacto de estas decisiones en los principales competidores no ha sido menor. En Cambiemos el macrismo debió volver a Gabriella Michetti para tener una fórmula presidencial competitiva y en provincia de Buenos Aires ceder ante sus aliados radicales para evitar que estos fueran con lista propia, y garantizarse fiscales en el principal distrito electoral. El FR ante la carencia de candidatos a la vicepresidencia tuvo que recurrir a un norteño poco conocido y pedirle a Felipe Solá, que había desistido unas semanas antes, que vuelva al ruedo provincial. En tanto que a los Progresistas les costó encontrar un compañero de fórmula que acompañe a Margarita Stolbizer. Es muy claro que también en lo electoral la oposición, derechista o centroizquierdista, baila al compás del kirchnerismo.

El FIT, una realidad aparte

Por el contrario el FIT, claro opositor al sistema del capital, se mueve a través de sus propias coordenadas y complejidades. Tradicionalmente ha resuelto sus candidaturas por el acuerdo de las cúpulas partidarias de los partidos que lo integran (PO, PTS e IS) sin embargo este acuerdo no se logró ahora. El detonante ha sido la insistencia del PTS de colocar al joven Nicolás del Caño, actual diputado nacional por Mendoza, como candidato a presidente, buscando desplazar al histórico Jorge Altamira. La negativa a este planteo por parte de las otras dos fuerzas estaba escrita. Se da así la paradoja que quiénes más han denunciado a las PASO, con toda razón, como proscriptivas, resolverán ahora sus candidaturas por medio de este mecanismo. Que es una forma democrática de resolverlas.

Claro está que la decisión de ir a internas no cae de un cielo sereno. La disputa entre las dos fuerzas principales del FIT, por las candidaturas, las políticas de autoconstrucción y las formas de intervención política o la ampliación del frente a otras fuerzas no trotskistas, es muy fuerte, y rayan a veces con la sin razón. Corren el riesgo de desperdiciar así una oportunidad para impulsar, de cara a la sociedad, un debate de ideas y mostrar que su nivel político y cultural se diferencia de la pobreza y mezquindad de los otros candidatos.

Así la cosas la campaña entra en zona de definiciones, hay que pasar las PASO y ver como quedan realineadas las fuerzas para octubre. Faltan cuatro meses, hoy nadie duda de que el FPV ganara las elecciones, pero nadie puede asegurar que lo hará en primera vuelta, por lo tanto la incógnita está centrada en la segunda.

Otro tanto pasa en CABA el triunfo del PRO está garantizado, pero todo indicaría que habrá segunda vuelta y allí ECO (Martín Lousteau) puede sumar votos de otras fuerzas opositoras al macrismo. Si esto sucediera Cambiemos vería muy debilitadas sus posibilidades para octubre.

En tanto el FIT tiene un espacio por ganar, como quedó demostrado en Salta, Mendoza y Santa Fe, a condición de que no distraiga esfuerzo en disputas internas, tan estériles como inconsistentes y coloquen todo su esfuerzo en el debate de ideas, en la crítica al capital y en propuestas que tengan que ver con mejorar las condiciones de vida y existencia de los trabajadores y las clases populares.

La campaña ya está lanzada, esperemos que vuelvan la política y los debates. Ya hay un antecedente, este miércoles debatieron los principales candidatos a Jefe de Gobierno de la CABA, rispideces y chicanas primaron sobre las propuestas, ninguno de los candidatos se salió del libreto que le marcaran sus asesores y encuestólogos. No es un buen comienzo.

Eduardo Lucita es integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda



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