18/05/2015

Nepal: La revolución frustrada (I)

tapa-2343.jpgNepal, un país enclavado en los montes Himalayas, ha sido noticia recientemente a causa del terremoto que dejo alrededor de 8 mil muertos y la destrucción de más de 500 mil viviendas. Sin embargo, y aunque los medios de comunicación hegemónicos no le hayan prestado demasiada atención, el país asiático fue escenario durante los últimos 19 años de un proceso político muy complejo, que comenzó como una clásica guerra de guerrillas de inspiración maoísta y continuó con la abolición de una monarquía de tinte feudal que venía gobernando el país desde fines del siglo XVIII. Por Pablo Mestrovic, para ANRed.


Nepal tiene 26,5 millones de habitantes y 147.000 kilómetros cuadrados de superficie. La capital es la ciudad de Kathmandú, que tiene 2,6 millones de habitantes sumando toda su área metropolitana. El 70% de la población vive en áreas rurales y las religiones predominantes son el hinduismo y budismo. Desde el punto de vista ecológico, el territorio de Nepal está dividido en tres regiones de acuerdo a la altura en la que se encuentran. Los montes Himalayas donde vive el 7,3% de la población, la región de las «colinas” (Pahad) donde está ubicada la capital y la región llana conocida como Terai. En la región de Pahad vive el 44% de la población y en la de Terai, que fue poblada principalmente durante el siglo XX, vive el 48% restante. Las regiones de los Himalayas y Pahad abarcan el 79% del territorio, la región de Terai el 21% restante.

La historia de Nepal comienza con la civilización Newar, producto de la combinación de poblaciones tibetanas e hindúes con sus respectivas pautas culturales y religiosas. En 1768 el país fue conquistado por los gorkhali, grupo étnico de origen hindú. Los gorkhali (mejor conocidos por el nombre de «gurkhas”, distorsión inglesa del término original) a partir del siglo XIX fueron reclutados frecuentemente por el ejército británico hasta la actualidad. En 1816 el reino de Nepal firmó con Gran Bretaña el tratado de Sugauli, cediendo una parte de su territorio y convirtiéndose en la práctica en un protectorado británico. En 1923 un nuevo tratado de «paz y amistad” consolidó la dominación británica sobre el país, que en la práctica pasó a ser administrado como parte de la India.

A partir de 1950, Nepal se convirtió en un estado nominalmente independiente pero subordinado completamente a Nueva Delhi. La economía nepalí, predominantemente agraria (75% de la población activa trabajaba en la agricultura en 2009) y caracterizada por relaciones de producción semifeudales, sumada a la situación geográfica del país (sin salida al mar y enclavado entre China e India), quedaba destinada a tener un carácter dependiente y deformado.

En 1951, el Partido del Congreso de Nepal, filial de su homónimo de la India, conquistó el establecimiento de una monarquía constitucional. En 1959 el PCN llegó al gobierno con B. P. Koirala como primer ministro. En 1960, el rey Mahendra dio un golpe de estado y suprimió los partidos políticos, restableciendo en la práctica una monarquía absoluta. En 1991, la presión popular determinó el restablecimiento de la democracia formal y el Partido del Congreso volvió al gobierno.

En 1949 se había fundado el Partido Comunista de Nepal, en el contexto de la lucha contra la monarquía autocrática y semifeudal. El PCN tuvo sucesivas rupturas, vinculadas en primer lugar con el enfrentamiento chino-soviético y paralelas a las de su par de la India, en algunos casos las rupturas se debieron a enfrentamientos personales entre dirigentes. En 1991, para las primeras elecciones parlamentarias desde 1960, se presentaron al menos cinco partidos de izquierda escindidos del PCN original. Semejante proliferación de organizaciones no iba acompañada, como se podría suponer, por una radicalización política de las masas, porque a pesar de utilizar profusamente la simbología marxista, con frecuencia estos partidos seguían una estrategia legalista y con rasgos reformistas, en el sentido de sus homólogos hindúes (que, por ejemplo, han gobernado varios estados de la India aplicando políticas neoliberales).

Continúa en «Nepal: La revolución frustrada (II)»



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