12/11/2014

«Vamos al deterioro absoluto de la infraestructura escolar”

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El docente y delegado de Ademys, Adrián Buenahora, y Leandro Vecino Dri, también docente y delegado de UTE, dialogaron con el programa radial La Revancha sobre el presupuesto educativo que propuso el macrismo para 2015. «Lo que tiene que ver con lo público es despreciado, enrejado y alambrado”, aseguró Vecino. Buenahora remarcó: «Es fundamental la unidad entre todos los trabajadores del Estado de la ciudad”. Por La Revancha


¿Qué evaluación hacen del presupuesto que el macrismo propuso y que se votará en las próximas semanas para el 2015 en relación al plano educación?

Adrián Buenahora: En primer lugar resulta por demás importante verificar cuál es el lugar que ocupa la educación dentro del presupuesto, dentro de los porcentajes generales. El Gobierno de la Ciudad reconoce una inflación del 40,3 por ciento y el presupuesto total aumenta en un 42,02 por ciento. El aumento para educación es un aumento del 35,96 por ciento, estamos cuatro puntos y medio por debajo de la inflación. Realmente propone un retroceso en lo que es el presupuesto para el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.

Lo que se ve es que el reclamo sobre la cantidad de dinero que se deriva para educación está presente desde que asumió Macri. El presupuesto siempre fue un tema de discusión y de reclamo por parte de los docentes.

Leandro Vecino Dri: Allá lejos, cuando asume el PRO en la Ciudad, el porcentaje que se destinaba a las cuestiones educativas era cercano al 30 por ciento. Ese porcentaje fue bajando hasta llegar a una proyección para el año 2015 del 20,5 por ciento del total. Esto viene siendo parte de algo sistemático, no es que por este año hubo que hacer algún tipo de ajuste sino que sistemáticamente se va achicando. Nosotros desde UTE hicimos el día sábado una caravana reclamando más presupuesto educativo y la semana anterior habíamos puesto treinta mesas en treinta esquinas de la Ciudad de Buenos Aires reclamando y juntando firmas para pedir treinta puntos en el presupuesto.

Me parece que en lo concreto esta baja se ve. Una cosa es lo que pasa dentro de la Legislatura, en la comisión, los números exorbitantes de millones y millones, pero el docente que está en la escuela lo ve en lo concreto. Por ejemplo, el personal del equipo de orientación es muy poco, hay una o dos personas para cuatrocientos chicos, no se puede avanzar con eso. El programa de campamentos escolares que durante mucho tiempo llevaba a los chicos a Tandil o hacía salidas interesantes, ahora los lleva al Parque de la Ciudad. Es un campamento donde les llevan viandas que no son de una calidad sublime, y en donde no pueden compartir el momento de preparar la comida. Hay una cuestión en relación a los números grandes, pero no hace falta saber el detalle del presupuesto para darse cuenta que en la escuela está faltando plata. Si se rompe el vidrio de una ventana arreglate, ponele un nylon, fijate cómo hacés. No existen reacciones inmediatas para solucionar los problemas, y eso muestra que el presupuesto está bajando.

AB: Esta semana con el tema de la lluvia, en varios distritos se han caído techos, se han inundado escuelas, se perdieron recursos y eso no tiene un tiempo determinado para resolverse. En una de las escuelas donde yo trabajo se cayó el techo de la sala del microcine, probablemente estemos sin ese espacio hasta el año que viene. Esas son herramientas pedagógicas y educativas que perdemos.

Parte del presupuesto está destinado a infraestructura, que no sólo es un reclamo docente sino también de los estudiantes que se movilizaron en la Capital Federal. ¿Qué datos tienen sobre este tema en particular?

AB: Para el 2014 se había destinado 1,8 por ciento del presupuesto de educación para infraestructura, y para el 2015 se está proyectando el 1,53 por ciento. Ya tenemos una reducción y vamos al deterioro absoluto de la infraestructura escolar.

LVD: Sumando a lo que dice Adrián, en una escuela acá cerca también hubo problemas y en varias más. Los problemas de infraestructura generan una consecuencia que aparece invisibilizada, que es que hay chicos que durante varios días no tienen clase y no es que no tienen clase porque estamos haciendo paro. Eso fácilmente es carne de cañón de los grandes medios de comunicación donde si uno reclama pasa a ser el victimario de dejar a los pibes sin clase. Hay escuelas que en estos días no pueden tener clase y no porque los docentes no están, sino porque no pueden tener clase. La verdad es que las cuestiones que estuvieron pasando este año y también en años anteriores hace que se esté trabajando en un límite. Hay pibes intoxicados porque tercerizan la desinfección y las empresas dejaron material para combatir alguna plaga en el comedor de una escuela primaria, hay chicos que se intoxicaron con eso. Después hay paredes que les chorrea el agua cuando llueve, y estas cuestiones generan que haya pibes sin clase, y no aparece como si fuera un desastre. Me parece que otra vez lo macro, en lo micro también se ve.

Además de los arreglos en la infraestructura, la construcción de escuelas es un pedido que no se resolvería con este presupuesto. Lo que se tuvo en consideración es la construcción de sólo dos escuelas en zona sur, cuando la necesidad en esa área ya se ha denunciado, pero es un lugar que le interesa al Gobierno en muchos aspectos.

AB: Lo que hay que tener en cuenta es que la inscripción del año pasado evidenció la cantidad de chicos que quedan en lista de espera, que no tienen vacante en la escuela. Eso implica que se quedan sin lugar, y se corre el riesgo de que no sean escolarizados, o que tengan que pasar a la escuela privada. El Gobierno de la Ciudad en vez de construir polos educativos entregó en Parque Patricios, más específicamente en la zona de Monteagudo y Los Patos, un predio enorme para la Universidad del Salvador. En Ademys sacamos el cálculo que se necesitan aproximadamente treinta y tres escuelas. Estuvimos todo el año con una campaña para la construcción de veinticinco escuelas en el sur de la ciudad, que es de las zonas más vulnerables, el distrito 19, el 20 y el 5, es donde hacen falta escuelas y no hay respuestas.

También se estuvo hablando en las últimas semanas de la cantidad de chicos que están emigrando del sistema público al privado, ¿cómo se refleja eso en el presupuesto?

LVD: El macrismo sube los aportes sistemáticamente a las escuelas privadas. El título de tapa del 30 de octubre del diario Clarín fue: «En un año dejaron la escuela pública casi 50 mil alumnos”. Fíjense que el título no dice que en un año dejaron la escuela, sino que dejaron la escuela pública. El mapeo global de la Ciudad de Buenos Aires muestra que hay una división en Avenida Rivadavia; hacia el norte hay aulas con pocos pibes, y hacia el sur hay aulas saturadas. No hay una política para redistribuir esa matrícula. Yo trabajo en una escuela en Belgrano, en Cuba y Blanco Encalada, donde tenemos pocos inscriptos. Hay un montón de factores que influyen sobre esto, entre otros que los padres iban a anotar a los chicos a la escuela con el documento, el boletín de séptimo y con todos los papeles en regla y no los podían anotar porque les decían que tenían que hacerlo por internet. No a todos los que se anotaban por internet les salía el trámite. Son distintos factores que explican esta cuestión de aulas vacías en el norte y aulas superpobladas en el sur.

AB: Además recordemos que tenemos la experiencia del cierre de grados por el Gobierno, con lo cual hay que tener mucho cuidado con la inscripción online o con el tema de las matrículas. Hoy en día a la docencia se le impone la necesidad de levantar matrículas, de garantizar que las escuelas tengan chicos para que el Gobierno no venga a cerrarlas. Es algo que en la educación para adultos está pasando bastante. Yo trabajo en el CENS 45 que está en la entrada de Zabaleta y estamos teniendo que salir al barrio constantemente para tratar de recoger matrícula para que no se produzca un cierre. A su vez, tenemos la problemática de otros planes como el Fines que son precarios para los docentes y con condiciones precarias de enseñanza y aprendizaje porque no se hacen en escuelas, sino que son en locales partidarios, iglesias y sedes de ministerios. Hoy alguien que trabaja en Plan Fines cobra la mitad de un docente que trabaja en media y a su vez no cuenta con los recursos para desarrollar una clase en condiciones.

Los números plantean reducciones en todos los puntos y eso habla claramente de una política educativa del Gobierno de la Ciudad que se viene repitiendo todos los años. ¿Qué lecturas hacen ustedes de esta política en términos globales?

LVD: Nosotros desde la UTE solemos decir que el macrismo piensa en una ciudad para pocos. Esto se va no sólo en educación, sino también en salud, donde permanentemente ven reducidas sus posibilidades económicas. Siempre cuando gobierna la derecha las clases populares sufren, y cuando la derecha que gobierna es berreta y de poquísimo vuelo, se acentúa mucho más esto. Claramente lo de educación no está aislado del cierre de algunas secciones de pediatría, de guardias, de hospitales, lo que tiene que ver con lo público es despreciado, enrejado, alambrado y de ahí expulsado. El slogan que usaba que decía «vos sos bienvenido”, es una cuestión muy individual, no se habla al conjunto. Desde ahí me parece fundamental la cuestión de la organización, nosotros planteamos que la queja individual no transforma, lo que transforma es la posibilidad de un reclamo colectivo. En eso estamos permanentemente tratando de fortalecer a una organización que creemos que es la que tiene que dar la disputa. Es la lógica inversa a la que plantea el PRO, que le habla a un individuo no organizado, convocando a charlas entre vecinos sueltos. Estamos dando la batalla cultural todo el tiempo, la verdad que no es fácil sobre todo porque no tenemos los medios de comunicación que acompañan. El sábado organizamos una caravana reclamando más presupuesto educativo, y la hicimos ese día porque pensamos que si realizábamos una protesta en la semana dejábamos todo servido a que nos digan que no queremos trabajar. Hoy estuve mirando los portales de noticias para ver si aparecía y me parece que el que no estuvo marchando en la caravana desde Mataderos o desde el Polo Educativo Saavedra hasta el Ministerio de Educación nunca se enteró del reclamo.

No quiero dejar de analizar por qué Macri sigue ganando pese a todas las cosas que uno puede ir escuchando de su gestión. Hoy estamos abordando educación, pero en La Revancha abordamos salud, espacios públicos, vivienda, y en todos lados se da esta lógica de vaciamiento del Estado, pero sin embargo Macri sigue ganando.

AB: Desde Ademys consideramos que es fundamental la unidad entre todos los trabajadores del Estado de la Ciudad. Hoy en día tenemos compañeros procesados, lo cual es muy importante que desde todos los sectores podamos dar la pelea para que se levanten esas causas y fortalecer los espacios públicos desde una perspectiva de construir colectivamente con todos los trabajadores de la Ciudad. Fue algo sobre lo que Macri avanzó desde el minuto cero de su gestión. Cuando arrancó quiso hacer una reducción impresionante de trabajadores, quiso despedir alrededor de dos mil empleados. En ese contexto estuvo la Coordinadora de lucha «La Dignidad no se Privatiza”, que más o menos había salido a dar batalla contra eso. Hoy desde Ademys consideramos que tenemos que consolidar estos espacios, estas coordinaciones y también consolidar la organización de los docentes por distritos y en las escuelas para fortalecer nuestras bases. No tiene que ser una discusión que quede entre secretarios generales, sino que sean todos los docentes partícipes de esta lucha por la educación pública.

¿Cuáles son los problemas que están teniendo en las escuelas y cómo lo intentan revertir a través de la organización?

LVD: En la escuela Técnica 28 del distrito 10 «República Francesa” hay poco personal de ordenanza o de mantenimiento. Dos personas para limpiar una escuela de tres pisos no alcanzan. Hay poco personal en el equipo de orientación y ese me parece un punto central porque a caballo de una ley de educación que hace obligatoria la secundaria vos tenés un ingreso de pibes que antes no estaban escolarizados, y aparecen otras problemáticas. Necesitás tener un equipo de orientación que no sirva sólo para apagar algún incendio, sino para trabajar con cuestiones de promoción de la salud o promoción de prácticas saludables. La cooperadora tiene un recorte enorme y dificultad para que le llegue el dinero. Tenemos las computadoras de Conectar Igualdad pero de repente no tenés internet en la escuela. Después cuando entra un docente a trabajar enseguida ingresa en la maquinaria burocrática que tarda en pagar. Hay módulos institucionales que son horas extra-clase que han costado mucho conseguirlas y son para desarrollar proyectos por fuera de la hora de cursada que se pagan en octubre o en noviembre después de haber trabajado todo el año. En esta sudestada se voló parte del techo del patio de la escuela y no se arregló. Hay cuestiones para trabajar con humedad, con pintura y con el mobiliario. Banco que se rompe, lo perdiste, puerta que se rompe se perdió. Es una batalla cotidiana.

AB: Es importante estar donde ocurren las problemáticas. Esta semana Ademys estuvo en la zona de Lugano y Soldati recorriendo escuelas, haciendo una muestra de fotos sobre la situación de esas instituciones. Estuvo Jorge Adaro y se dieron charlas con los docentes para organizarlos ahí mismo y lograr una solución que es una partida presupuestaria para arreglar esas escuelas. Algo que sí se ha logrado fue la recuperación de la Escuela Carlos Fuentealba en Parque Patricios, eso fue una gran iniciativa donde primero se buscaron espacios ociosos dentro de la ciudad y se ubicó ese lugar. Era una escuela privada que estaba habitada por una persona que era una especie de cuidador. Se tomó ese espacio, se logró el reconocimiento y una partida presupuestaria para construir esa escuela y ponerla en condiciones para su funcionamiento.

Me parece rescatable la experiencia de la Escuela Carlos Fuentealba por la articulación con el barrio y con los padres. Esa relación se cerró y hay que volver a abrir la escuela al barrio, empezar a pensar cuáles son las problemáticas de los pibes y de los padres.

LVD: La escuela tiene que estar entramada en la comunidad educativa. La idea de la escuela de puertas cerradas no termina resultando. Es todo un desafío abrir las puertas de las escuelas, pero por ahí tienen que venir los proyectos. Nosotros en la esquina de Cuba y Blanco Encalada cuando los pibes salen desordenadamente hay accidentes, por suerte no fatales, pero algunos chicos la han pasado mal. Lo que estamos proyectando para el año que viene es poder, junto con lo vecinos y los pibes, que se vea qué zona de alrededor también es parte de la escuela, por ahí viene el desafío y hay mucho para hacer.

Sobre todo cuando en los medios se trata de separar a los docentes de los vecinos.

LVD: Trabajar con el sentido común de la clase media porteña, que es la que sostiene electoralmente a la derecha, es tremendamente difícil. No recuerdo quién fue que dijo que es más fácil romper un átomo que un prejuicio. La verdad es que luchar contra ese sentido común instalado en la clase media y reproducido muy fácilmente es una tarea durísima.

AB: Lo que sí se ha conseguido en respuesta a la avanzada del macrismo es que con la inscripción online se ha generado una coordinación. La multisectorial fue una pieza importante que al día de hoy sigue funcionando y es articulada por sindicatos docentes y familias. Creo que se está avanzando en eso y en poder consolidar una lucha por la educación pública integral con docentes, familiares y estudiantes.

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