Frutos en El Baldío
Hay lugares donde se gestan sueños de cambio. El barrio Villa Alem, sede del colectivo cultural «El Baldío”, es uno de ellos. Allí, un grupo de jóvenes une sus fuerzas para construir el mundo fraterno que cree posible. Por Emilia Herrerías Martínez para ContraPunto / Tucumán.
Cuando el cambio deja de ser un deseo pasivo en las mentes de quienes lo anhelan, y quienes lo anhelan no se quedan en la mera crítica sino que se vuelven sujetos proactivos en función de ese cambio, nacen organizaciones transformadoras. Tal es el caso de «El Baldío”, un colectivo cultural cuyo motor principal es el de cimentar nuevas formas de relaciones sociales, desde el corazón mismo del barrio.
La semilla que germina en el baldío
El proyecto comunitario empezó a tomar forma en agosto del 2012. «Ese año nos conocimos, luego surgió este espacio físico y comenzamos a hacer cosas”, dice Ivotí, estudiante de Ciencias de la Comunicación y una de las integrantes de la organización. Walter, miembro fundador del grupo, cuenta que antes de que ellos llegaran, la casa donde opera «El Baldío” estaba tan desolada que el nombre surgió casi de inmediato. Desde entonces cultivan y ponen en práctica las ansias de una sociedad más justa e igualitaria.
«Siempre he creído en que hay que transformar a la sociedad»¦ Mediante la cultura se pueden lograr grandes transformaciones. Trabajar esa temática es una pata fundamental para lograrlo”, reflexiona Diego, estudiante de Historia. El colectivo está conformado por once integrantes de distintas especialidades, pero con una meta en común: utilizar a la cultura como herramienta facilitadora del cambio social. «Todos los que estamos aquí creemos que otro mundo es posible pero no surge de la nada”, agrega Gonzalo. «Lo que nosotros tratamos de hacer es construir conocimiento de otra manera, tratando de generar otros lazos de relaciones y de acercarnos a los sectores populares. Significa empezar a construir desde ahora ese mundo que queremos”.
Educación alternativa
Desde el año 2013, «El Baldío” brinda a los chicos del barrio Villa Alem talleres gratuitos de artes plásticas, murga, malabares, apoyo escolar y, a partir del ciclo que dará inicio próximamente, dos propuestas adicionales: un taller de folclore y otro de comunicación. Facilitando el acceso al conocimiento mediante formas alternativas de aprendizaje, el colectivo construye a las generaciones venideras a través de acciones que dejan huellas y enseñan a crear lazos de cooperación y solidaridad comunitaria.
Trabajan de una manera que, según ellos, no tiene lógica dentro del modelo establecido. Buscan un camino alternativo al fomentar lo colectivo por sobre el individualismo exacerbado. A través de la democracia horizontal, equilibran el conocimiento de cada uno para ponerlo al servicio del crecimiento conjunto para acercarse cada vez más a cumplir el anhelo que los activa.
Algunos baldíos sí dan frutos.
Para conocer o contactarte con El Baldío visitá: www.colectivoelbaldio.com.ar
Fuente: Contrapunto