14/08/2003

Boletín Red Acción Oeste (Boletín Agosto 2003): Caída de planes en Merlo por no responder a punteros de Othacehé

Contenido del boletín Red Acción Oeste Agosto/2003:

 Caída de planes en Merlo por no responder a punteros de Othacehé. «Debilitan los trabajos barriales independientes
y generan servilismo».

 Agrupación El Charquito de Moreno. La organización como objetivo.

 Vecinos de Moreno transforman un terreno abandonado en una plaza. La Plaza reivindica la recreación como derecho.


Caída de planes en Merlo por no responder a punteros de Othacehé
«Debilitan los trabajos barriales independientes
y generan servilismo»

Durante mayo y junio vecinos de Merlo beneficiarios de planes Jefas y Jefes de Hogar desocupados, recibieron notificaciones en las que se les solicitaba que se acercaran al consejo consultivo para verificar otra vez sus datos personales. Cuando lo hacían con todos los papeles, la primera pregunta que escuchaban era «¿cuál es tu referente?», para averiguar a cuál puntero del intendente Othacehé respondían. Después de la verificación de datos, muchos de los que no tienen «referente» perdieron el plan.
Otra de las ventajas que tienen los que reciben el plan gracias a algún puntero es que no deben cumplir con las cuatro horas de «contraprestación», mientras que los que no tienen resguardo político alguno están obligados a trabajar en condiciones inseguras e insalubres. Es que están destinados a realizar tareas de empleados municipales, barren, manejan camiones recolectores de basura y no tienen ni los guantes ni las botas adecuadas.
Joaquín es uno de los vecinos del barrio «El Golf» de Merlo que recibe el plan a través del Consejo Consultivo municipal y es uno de los que recibió la notificación para verificar sus datos personales. «Es una forma de producir inquietud entre nosotros. Siempre lo hacen. Sólo quieren generar zozobra para mantenernos con el miedo permanente de perder estos míseros 150 pesos», se queja.
Según Joaquín, otra de las formas de mantener un cierto control social sobre los beneficiarios es lanzar el rumor sobre una posible gratificación adicional. «Cuando empiezan las clases y la gente se puede dar cuenta de que con 150 pesos no hacés nada, aparece la promesa de la gratificación extra, -cuenta Joaquín, y agrega- manejan muy bien el rumor».
A pesar de que la creencia generalizada de que el objetivo del puntero político es cobrar un porcentaje de el plan del desocupado, en Merlo «el beneficio del puntero no es económico sino político. Su estrategia es ofrecerle a la gente que está abocada a proyectos comunitarios, lo que llaman microemprendimientos, no trabajar las horas obligatorias por la «contraprestación», y así debilitar los trabajos barriales independientes y generar un servilismo para con el puntero», cuenta Joaquín.
Otro de los problemas que se presentan con la contraprestación es que los desocupados terminan haciendo trabajos de empleados municipales por sólo 150 pesos, sin cargas sociales y sin sindicato. Por eso, para Joaquín, la lucha no debe pasar por pedir miles de planes más, sino por «lograr la contratación como empleado y así poder obtener un sueldo digno, los beneficios sociales y la afiliación al sindicato desde donde llevar la lucha adelante».


Agrupación El Charquito de Moreno
La organización como objetivo

El Charquito está compuesto por un grupo de jóvenes que se unieron con los vecinos de La Perla de Moreno para enfrentar la difícil situación en que se encuentran la mayoría de las familias del barrio. Desde hace más de un año vienen desarrollando distintas actividades: comenzaron con apoyo escolar para los chicos y se fueron sumando los talleres de guitarra, percusión, salsa, gimnasia y murga. También cuentan con una biblioteca, un ropero comunitario y recientemente comenzaron a armar una huerta.
«Los talleres que venimos sosteniendo apuntan a promover el encuentro entre vecinos, el intercambio de ideas, el empezar a construir un barrio distinto entre todos; creando lazos solidarios y poniendo en juego valores opuestos a los que están implan-tados en la sociedad actual» -nos comentan sus integrantes. «Todo esto con el objetivo de generar organización, porque creemos que la unión de cada vez más personas, decidiendo y recla-mando por lo que les pertenece, es la única manera de modificar la realidad.»
En esa búsqueda de crear «mayor poder desde abajo» comenzaron este año a rela-cionarse con el Merendero Eterna Inocencia del barrio Jardines y con Juntos Podemos de San José, buscando establecer acuerdos y fortalecer el crecimiento de los grupos.

El Charquito. Sábados y domingos por la tarde. Camoatí y E. Echeverría, Barrio La Perla, Moreno.


Vecinos de Moreno transforman un terreno abandonado en una plaza.
«La Plaza reivindica la recreación como derecho»

En el barrio Los Pinos de Moreno hay una plaza nueva. Es que una agrupación de vecinos de esta localidad consiguió un terreno, lo acondicionaron y lograron hacer un espacio comunitario de reunión y recreación ubicado en Joaquín V. González y La Plata. Plantaron árboles y blanquearon el paredón para empezar a pintar el mural que representa distintas imágenes del barrio. «La gente se va sumando a partir de lo que ven que estamos haciendo en el lugar», cuenta Silvia, una de las vecinas que impulsa el proyecto.
Este grupo comenzó a juntarse en enero de 2002. «Al principio concurríamos un montón de vecinos, pero después empezaron a aparecer punteros políticos y querían manejar todo el trabajo. Eso desalentó mucho a la gente del barrio. Recién pudimos retomar el trabajo en marzo de este año. Es por eso que durante la campaña presidencial sacamos un volante que aclaraba que si bien este es un trabajo político no es partidario, es autónomo e independiente. El trabajo no se termina con la plaza, la intención es armar una organización barrial». Por ahora, ellos se juntan los sábados a las dos de la tarde en la plaza.
El barrio está dividido en dos partes. La zona sur está compuesta por familias que se ins-talaron hace cuarenta años, mientras que la zona norte tiene sólo 15 años de vida. En el sur viven los que en su momento fueron obreros de fábricas de la Capital que compraban los terrenos en Moreno y se hacían la casa. Las familias son grandes, con hijos y nietos. En la zona norte, en cambio, la población es mucho más joven, en su mayoría están desocupados y nunca tuvieron un trabajo. La plaza está en el medio «y eso nos puede servir para vincular las dos realidades. Es el pasadizo», cuenta Silvia. «La plaza reivindica la recreación como derecho».



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