19/06/2010

Tucumán: Autoconvocados de la Salud, por la unidad del Movimiento

U1.jpg«Con su discurso y su accionar, a lo largo de más de un año de luchas, el Movimiento de Trabajadores Autoconvocados de la Salud se convirtió en una referencia provincial y nacional para todos los trabajadores que, en sus luchas por obtener mejoras en sus salarios y condiciones de trabajo, sostienen los principios de la democracia. El constante funcionamiento a través de las asambleas de base en cada lugar de trabajo, donde cada trabajador tiene la posibilidad de opinar y decidir, trajo un aire fresco y perspectivas de que algo diferente se estaba gestando, esta vez si, democrático, en oposición a los pantanosos y podridos terrenos del sindicalismo burocrático de la sanidad tucumana.» Por AportaHerramientas


Del que se vayan todos a los Autoconvocados

El Movimiento de Autoconvocados de Tucumán representa un espejo del surgimiento de las Asambleas Barriales en Buenos Aires durante 2001. Miles de trabajadores comienzan a participar activamente de asambleas y a organizarse. Por primera vez, y dejando prejuicios de lado, trabajadores de todos los niveles participan de igual a igual en las asambleas, y le van tomando el gusto a la democracia sindical. El movimiento es masivo no solo por que los trabajadores llegan a un punto de hartazgo en sus condiciones de trabajo, sino también por las características democráticas del mismo. Al igual que en 2001, lo importante del fenómeno no es solo la lucha y el contenido de las reivindicaciones, sino fundamentalmente la forma que adquiere esta lucha. Participan de Asambleas de base, inter hospitalarias, comisiones de trabajo, etc. Por supuesto, existen los referentes, pero estos no son impuestos ni tampoco imponen decisiones. Pero a medida que el Movimiento cobra fuerza, sectores burocráticos tratan de «sacar tajada” y adueñarse de la «conducción” de los Autoconvocados. Aparecen los «iluminados”, los que buscan imponer las decisiones, las mentiras de los que las «mandan cambiada” para confundir, las chicanas e insultos entre sectores. En algunos casos los intereses personales y de sector, pasan a primer plano por sobre los intereses del conjunto de los trabajadores. La experiencia del 2001 mostró como estas disputas terminaron matando al movimiento asambleario. Hoy, salvando el tiempo y las formas, permitir que esta historia se repita, es repetir el fracaso de lo que la inmensa mayoría quiso que sea diferente y unos pocos terminaron frustrando.

Las tareas de los trabajadores

La discusión sobre los tiempos en que debía formalizarse el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la salud (Sitas) generó que se formen dos «sectores” dentro del Movimiento. Hoy lo que los trabajadores del Movimiento debemos hacer no sale, ni debe hacerlo, de la cabeza ni intereses de ningún grupito de burócratas, aunque muestren caras nuevas. Debe partir desde lo que cada trabajador sinceramente comprometido con los intereses de sus compañeros y del Movimiento siente y piensa que es lo correcto. Desde lo que piensa el que no se come la idea de que un sector del Movimiento es bueno, y el otro malo. El que no cree en el discurso del «nosotros y ellos”. El que sabe y conoce que en cada hospital y Caps de la provincia, hay un trabajador que esta dispuesto a luchar y sostener la democracia del Movimiento, hasta conseguir los objetivos que este se propuso. El que cree en el poder de los trabajadores, pero que no esta dispuesto a ser funcional a las ambiciones de poder de unos cuantos. El que no acepta la caza de brujas del discurso de que todos los de izquierda son una especie de mafiosos que solo quieren adueñarse del Movimiento, porque conoce la honestidad y la coherencia del pensamiento del compañero de lucha que tiene al lado, y acepta construir desde las diferencias. El que lucha por la unidad de los trabajadores. El que pelea por una democracia sindical, que se gana en la lucha de resistencia antipatronal y antiburocratica, enfrentado las condiciones salariales, laborales y gremiales que nos quieren imponer. De otro modo, se reivindica una democracia interna formal, que deja abierta la puerta para el surgimiento de una nueva burocracia como la que dirige Atsa

El sindicato de la discordia

Hoy la inscripción del sindicato es una realidad. Aunque no nos guste como se dio el proceso, ni sus tiempos, no podemos hacer como que este no existe. Estamos de acuerdo con que es una herramienta necesaria de lucha. Que el Movimiento tiene que cristalizarse en instancias organizativas. Porque conseguir el cumplimiento del acta acuerdo, objetivo principal del Movimiento en esta instancia, no significa que será la ultima lucha que tendremos los trabajadores. Seguramente, al poco tiempo, tendremos que salir a luchar por otro aumento salarial, ya que la inflación se habrá comido lo que hasta aquí hayamos obtenidos. Y seguirán presentes luchas como el pase a planta permanente de todos los que hasta aquí pasaron a transitoria. O el terminar con las tercerizaciones de los compañeros hiper explotados de las «cooperativas” de limpieza y cocina, con su pase a planta del Siprosa. Nuestra historia, la de los trabajadores, es de lucha, y el sindicato, una herramienta más en ella.

Hoy sigue vigente más que nunca la necesidad del cumplimiento del acta acuerdo y de reforzar el Movimiento. Pero debemos preparar la lucha para democratizar un sindicato que nació desde arriba, en oposición y antagónico a un Movimiento en que se decide desde abajo. Un sindicato en cuyo estatuto no aparece la asamblea de base como órgano fundamental de decisión de los trabajadores. En que la asamblea interhospitalaria es reemplazada por un congreso de delegados a realizarse una vez por año. En donde se dan cupos de representatividad no teniendo en cuenta si se representa los intereses de clase de los trabajadores, sino por ubicación geográfica. En donde se plantea la alternancia en la secretaría general entre personas de la capital y del interior en sucesivos mandatos, como si la representación de los intereses de los trabajadores fuese determinada por el lugar de procedencia. Esto sólo es falsa democratización para garantizarse el reparto en el manejo del sindicato. Si la intención es democratizar, ¿porque entonces no se le da participación a las minorías en la comisión directiva, y los cargos quedan exclusivamente reservados para una lista, por mínima que haya sido la diferencia con que gane las elecciones? ¿Y que pasa con los trabajadores de la salud del ámbito privado? ¿Porque no están incluidos? Muchos trabajan tanto en el ámbito público como en el privado. ¿Deberán optar por renunciar a su representación gremial en el privado? ¿Tendrán que pagar dos cuotas sindicales para no quedarse sin representación? Obviamente, esto no es una opción. Entonces, a muchos de los trabajadores de las categorías mas bajas, se los esta dejando de lado del sindicato, igual que a los compañeros de las tercerizadas y a los monotributistas. Es decir, a los compañeros en situación más vulnerable, tanto salarial como laboral.
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La lucha continua

Es importante tener presente la experiencia acumulada desde el año pasado. La formalidad del reconocimiento legal del Estado de una entidad gremial, es secundaria para la lucha por las reivindicaciones contenidas en el Acta-Acuerdo. Aunque lograr este reconocimiento si sea un éxito adicional, este puede llevar años. O directamente no llegar nunca

Todo esto no resta legitimidad a nuestros urgentes reclamos. Por un salario capaz de afrontar la canasta básica, por mejoras en las condiciones de trabajo, por la necesidad del 82% para los pasivos, contra la precarización, por la carrera sanitaria, para que la existencia de quienes vivimos de nuestro trabajo sea digna. Por eso hoy debemos centrarnos en como obtener esa victoria. El camino certero es el de la unidad del Movimiento en la lucha, como quedó demostrado en la Marcha de las Antorchas del Miércoles 16, en donde más de 2000 trabajadores coparon la plaza Independencia.

Como veras compañero, son muchos los interrogantes que están abiertos, y los puntos a discutir. Pero debemos hacerlo desde la unidad, sin actitudes sectarias. No vamos a conseguir nada mirándonos el ombligo solo entre los que estamos de acuerdo, entre nosotros mismos. Hay que discutir, cambiar opiniones con los compañeros, de nuestro hospital y de otros. Es fundamental que sepamos que pasa en los otros hospitales, y en ese sentido, reforzar la inter-hospitalaria. El movimiento se fortalece con más discusión y democratización, no con menos. Porque queremos ser parte activa en el presente y en el futuro de nuestro movimiento, es importante que demos todas estas discusiones. De manera democrática y desde abajo, sin que nadie nos diga que es lo que tenemos hacer o pensar. Para los trabajadores, los únicos enemigos son el gobierno, las burocracias sindicales, y la división de los que luchamos. Compañero, no permitamos la división del Movimiento. El debate debe ser democrático y entre todos. No demos lugar a ninguna burocracia. De esto depende la posibilidad histórica que tenemos de construir algo distinto. No es algo menor. Un abrazo

Aporta Herramientas

BOLETIN TUCUMANO DE TRABAJADORES

aportaherramientas@gmail.com



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