03/06/2005

«A Sobisch no le interesa el sistema público de Salud»

Los trabajadores de la salud de Neuquén se encuentran en Buenos Aires para reclamar por sus condiciones de trabajo y para denunciar al precandidato presidencial de la derecha, Jorge Sobisch, por su sistemático saqueo a los hospitales públicos de la provincia patagónica. También se manifestaron en un escrache, contra la represión a los docentes en su provincia. ANRed habló con los trabajadores de la salud de Neuquén.


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Hace nueve meses que los trabajadores de la Salud de la provincia de Neuquén están en conflicto por un aumento salarial y en defensa de la Salud Pública. Desde hace más de 60 días permanecen de paro y el gobierno provincial no ha ofrecido una respuesta coherente con el reclamo.

Hoy se encuentran en Buenos Aires para reclamar por sus condiciones de trabajo y para denunciar al precandidato presidencial de la derecha, Jorge Sobisch, por su sistemático saqueo a los hospitales públicos de la provincia patagónica. También se manifestaron contra la represión a los docentes en su provincia: «Sobisch quiere mostrarse como «yo puedo ser el presidente fuerte» que algunos argentinos deben querer, que puede contener a los trabajadores para que se terminen todos los conflictos gremiales que están apareciendo» (ver nota «Escrache a Sobisch en Buenos Aires)

ANRed habló con Graciela Stuttman, psiquiatra del hospital Castro Rendón de Neuquén Capital, Susana Montalba, enfermera del mismo hospital y Adriana Markus, médica general del Hospital de Zapala.

– ¿Cómo se viene desarrollando la lucha de los trabajadores de la salud en Neuquén?

Nos están castigando de distintas maneras. Primero el gobierno está realizando una especie de «escraches» por todas las ciudades mintiendo sobre cuáles son nuestros sueldos -que ojalá los fueran, realmente-, pero además denunciando que ATE pretende privatizar los hospitales, que abandona a los pacientes, cuando en realidad esta es una lucha de todos los trabajadores que tomamos decisiones en las asambleas de todos los hospitales y que estamos además haciendo asambleas interhospitalarias. Además no es cierto que no se atienda en los hospitales. Sobisch ha hecho una campaña en los medios -que además él financia- que dice que nosotros no atendemos, que dejamos a la gente en la calle, que ATE mata a los niños. Las guardias mínimas se siguen manteniendo, las internaciones se siguen manteniendo, los pacientes crónicos se siguen atendiendo y se sigue dispensando medicación, que es distinto a lo que él quiere hacer con ese tema.

– ¿Cómo evalúan la situación de la medida de fuerza?

 Todos los hospitales están en paro. Son 32 hospitales y 62 centros de salud en toda la provincia. Prácticamente todos están con medidas de fuerza, lo que pasa es que los hospitales chiquitos, en pueblos chiquitos, tienen dificultades para poder parar realmente, entonces hacen lo que pueden.

– ¿El reclamo es básicamente salarial?

 El reclamo es básicamente salarial, con una discusión que empezó en un primer momento con un pedido de aumento de $250 del gremio a nivel nacional, pero que después fue modificándose porque nosotros habíamos presentado un proyecto de modificación de la ley de remuneraciones y estamos pidiendo que se recategorice a cada uno de los agentes: hay 50 formas distintas de cobrar el sueldo, para una misma tarea hay hasta cinco categorías diferentes, hay compañeros que por la misma tarea cobran un cuarto de su sueldo, porque reciben subsidios, o tienen otros convenios, otros contratos. Nosotros estamos reclamando que todos sean nombrados, que entren dentro del escalafón y todo esto implica en realidad la defensa del hospital público y la vuelta como debe ser del financiamiento de salud. Porque además el recurso humano que esta tan golpeado es el que está sosteniendo el sistema de salud que esta gente intenta derribar.

– ¿En qué situación están las negociaciones?

 Después de ocho meses de paro recién empezaron a sentarse a negociar. Nos habremos sentado con el gobierno -los representantes que nosotros hemos elegido en las asambleas interhospitalarias- unas tres o cuatro veces y de esas «mesas de negociación» surgió como propuesta de gobierno un presentismo inadmisible de $110 que tampoco nos interesa la cantidad porque no vamos a aceptar el presentismo bajo ningún aspecto porque no es un premio sino un castigo a los trabajadores y una recategorización que es insignificante para lo que nosotros estamos pidiendo. El salario tiene que ver con la defensa del hospital público, hay muchos cargos de especialidades médicas que no se han podido cubrir en la provincia ya que los salarios son bajos en relación al costo de vida de la provincia de Neuquén. Vivir en Neuquén es muy caro, los alquileres son muy altos y vivir en el interior de la provincia mucho más. Además las profesionales estamos muy lejos de los centros de formacion, y la capacitación continua se nos hace muy inaccesible. Y por otra parte pedimos el ingreso a planta permanente del personal contratado y que están con planes nacionales y provinciales que no cobran salario familiar, sus salarios son ínfimos y estos planes están suplantando paulatinamente al trabajo genuino en la provincia de Neuquén.

 Otra de las principales denuncias que vienen desarrollando los trabajadores de la salud es la privatización a la que se está sometiendo a la salud pública. ¿Cómo está armando Sobisch esta estrategia?

 En los ultimos años el Gobierno ha privatizado sectores de la salud. Incluso cuando se inauguran hospitales ya se inauguran con servicios tercerizados. Por ejemplo, Cutral Co que tiene un servicio de traumatología tercerizado, después servicio de limpieza de cocina de algunos hospitales. Y el desmantelamiento también, porque ahora por ejemplo esta medida Sobisch no intenta destrabar el conflicto, no quiere escuchar a los trabajadores. Lo que hace él es sacar aparatología del hospital público y llevándola al hospital privado para atender a los pacientes. Lo último que hace es un convenio con el Colegio Médico de Zapala donde deriva toda la demanda del hospital público al privado.

 Sobisch hizo convenios con los privados. Como estamos en conflicto y los hospitales están parados, lo que hace es, en lugar de buscar una solución al problema, derivar a los privados a los pacientes y al presupuesto. Elabora una planilla, el paciente va al privado, le llenan la planilla y recibe la atención y después lo manda a la farmacia -con la cual el gobierno también tiene convenios- donde el paciente retira la medicación. Entonces hay una desfasaje de plata en lo que paga el gobierno y no hay ninguna intencionalidad de destrabar esto. Y lo que queda claro es que Sobisch no quiere la salud pública.

 Hay algo peor, que no hay un convenio escrito. Hubo una llamada desde el ministerio de Salud al colegio médico de Zapala dándole las directivas. Y con sólo presentar el DNI el paciente es atendido. O sea, es más corrupto todavía, porque ni siquiera hay un convenio que se pueda discutir. Y por suerte hay médicos en las clínicas de Zapala que trabajaron en el hospital o que ahora además trabajan en el hospital que están denunciando esto, y dicen «Yo no voy a atender a este paciente, porque este paciente es del hospital y nosotros no estamos de acuerdo con boicotearle la medida de fuerza a los compañeros del Hospital». El problema es que además se pretende pagar por Instituto cuatro veces más de lo que cuesta en el hospital.

 ¿Cuánto representa esta transferencia de recursos?

 De esta manera, se deriva todo lo que es alta complejidad al sector privado. Una cama de paciente de alta complejidad cuesta alrededor de $1.500 por día y se están derivando muchos pacientes, o sea que es mucha plata de la que se está hablando. Según lo que manejan los periódicos, sólo en los días que dura el conflicto llevan más de un millón de pesos. Pero ya venía habiendo grandes sumas, sólo que ahora se nota más porque aumentó la demanda del hospital público al aumentar la desocupación.

 Digamos que lo que es rentable en salud, es decir la alta complejidad -por ejemplo, los pacientes de terapia intensiva- y todos los pobres vienen al hospital. Y esto es un avance más de lo que pretende ser el seguro provincial de salud, que Sobisch quiere implementar en la provincia, y mucho más ahora que tiene la mayoría absoluta en la legislatura. Y esto es lo que viene, es sólo el comienzo en relación a este plan mercantilista de la salud, que tiene que ver con el modelo neoliberal, muy ligado al Plan Federal de Salud, es casi una prueba piloto. Y esto de las pruebas piloto también lo hace en relación a esta muestra de «yo puedo ser el presidente fuerte» que algunos argentinos deben querer, que puede contener a los trabajadores para que se terminen todos los conflictos gremiales que están apareciendo. Es un cercenamiento efectivo de las libertades y del derecho a la salud y la educación que tiene toda la población de Neuquén. El otro día escuchaba a Sobisch por televisión que decía «Mi sistema de salud». No es «su» sistema de salud, es nuestro, está apoyado en todos los trabajadores de salud que lo venimos sosteniendo. Tiene más de 30 años, ni siquiera el gobierno militar lo pudo hacer mierda y éste, en 10 años, lo viene resquebrajando paulatinamente.

 ¿También se arman negociados con la venta de medicamentos?

 Él tiene amigos con cadenas de farmacias en todo Neuquén y hace convenios con ellos, derivando todo lo que es despacho de medicamentos, que es distinto a dispensar medicamentos. La farmacia de nuestro hospital es parte del equipo de salud, no vende medicamentos. Y en ese sentido, la farmacia del hospital comparte un trabajo en equipo. Y eso es lo importante del hospital público. Y además, en nuestra provincia, el hospital público es el que hace docencia, las resicencias tanto en medicina general como de la mayoría de las especialidades se hacen en nuestros hospitales.

 ¿Les preocupa la proyección de Sobisch a nivel nacional?

 Bueno: No lo voten. Porque va a ser candidato a nivel nacional, en una asociación con Lopez Murphy y Macri, nuestra presencia en la ciudad capital es para que toda la gente conozca quien es el verdadero Sobisch.



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