11/07/2009

Patota de talleristas ataca a miembros de La Alameda

Gustavo Vera y otros cinco integrantes de La Alameda fueron salvajemente golpeados esta noche mientras culminaba el escrache a un taller esclavista en esta ciudad. Una patota de alrededor de cien violentos aprovecharon una suerte de «zona liberada» que se produjo luego de que los inspectores municipales, la policía y los canales de TV se retiraran. Alfredo Ayala, conocido por su relación con los talleres esclavistas, es quien comanda este grupo de tareas que ya violentó otras veces a La Alameda.


Gustavo Vera se dirigió a la Comisaría 40 para denunciar los hechos y fue atendido por el SAME debido a las graves heridas que tiene. Posee cortes en la cabeza producidos por un elemento cortante.

P1010126.jpg

La mafia de talleristas que persisten en utilizar el trabajo esclavo para la producción textil, mediante la reducción a la servidumbre de costureros en su mayoría de origen boliviano, no sólo que no ha cesado en su práctica sino que ahora toman la iniciativa intentando amedrentar la organización popular.

El taller escrachado esta tarde pertenece al tallerista Zacarías Estrada, acusado no sólo de tener trabajadores esclavizados en su fábrica de ropa, sino también de haber abusado sexualmente de la hija de uno de sus trabajadores. Allí hay 20 máquinas y los costureros viven en pésimas condiciones de higiene y seguridad, con suciedad permanente, baños en deplorable estado, cables expuestos, encerrados todo el día, con malas condiciones de alimentación y víctimas de malos tratos por parte del tallerista.

La Alameda resolvió en su asamblea de ayer convocar urgente a una movilización para rescatar a una de las familias que se encuentran prisioneras en este taller textil y que se ubica muy cercano a su sede de Parque Avellaneda. Desde la organización exigen a las autoridades de Trabajo «que de verificarse fácticamente esta situación, se proceda a clausurar el taller e iniciar inmediatamente una causa en Juzgado Federal por violación a la ley de migraciones, de trabajo a domicilio y reducción a la servidumbre».

Desde La Alameda explican que «en el día de ayer, un costurero denunció en la Alameda que trabaja en un taller clandestino cercano a nuestra sede y donde hay más de una decena de costureros en su mayoría indocumentados y víctimas de trata encerrados y trabajando de sol a sol en el horario de 7 a 23 hs. Entre los costureros hay una menor de 15 años que fue objeto de abusos por parte del dueño del taller. El salario por prenda es $ 3,50 por sacos. El tallerista explotador además oficia de traficante, puesto que hace dos semanas trajo a dos personas directamente de Bolivia al taller. Confeccionan sacos y remeras para un fabricante coreano que regentea la marca «Susana L» y que tiene un local en la calle Avellaneda del barrio de Flores. El taller que escracharemos fue clausurado el año pasado, pero se desconoce el motivo por el cual sigue trabajando».

Teléfono de La Alameda: 15-6158-4835

Actualización

Los dueños de talleres clandestinos anunciaron que se reunían este sábado a las 15 hs en el Parque Avellaneda. La patota de agresores tenía la intención de atacar esa tarde La Alameda. Desde la organización consiguieron una amplia solidaridad que impidió se concrete el ataque.

Los trabajadores liberados este viernes por la noche del taller esclavista cuentan con la ayuda de los militantes de La Alameda.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba