25/11/2018

Desalojo y represión en la planta SIAM de Avellaneda

La policía de la provincia que gobierna María Eugenia Vidal desalojó el viernes por la noche el acampe que desde el 9 de septiembre mantenían los veinte trabajadores despedidos que pedían la reincorporación a la planta metalúrgica SIAM de Avellaneda. La medida dictaminada por el cuestionado juez Luis Carzoglio dispuso de un centenar de efectivos armados con palos y escudos que, como viene siendo frecuente, no vacilaron en rociar con gas pimienta sobre los rostros de los manifestantes que pacíficamente se hicieron presentes para solidarizarse con los despedidos, que ya suman 165 en los últimos tres meses. Por Matías Cervilla, para ANRed.


Hacia las doce de la noche los efectivos avanzaron ferozmente, destruyeron el acampe y descargaron su fuerza represiva sobre los centenares de personas que se habían acercado a solidarizarse y reclamar la reincorporación de las y los trabajadores. Tal vez el episodio más brutal se dio cuando una decena de efectivos ingresó a los pasillos de la villa El Fortín, lindera a la planta de SIAM, para perseguir a menores de edad que huían del gas pimienta.

Entre las decenas de afectados por el gas pimienta se encontraban el diputado nacional y ex candidato presidencial Nicolás Del Caño junto al legislador porteño Patricio Del Corro, ambos del PTS-FIT. Al respecto, un Del Caño, visiblemente afectado por el gas pimienta, manifestó su repudio al afirmar que “esta represión es la única salida que tiene el gobierno de Vidal para las y los trabajadores.”

También estuvieron presentes Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad) y el diputado de la Provincia de Buenos Aires Guillermo Kane (Partido Obrero), quienes repetidas veces dialogaron con el jefe del operativo policial intentando ganar tiempo y evitar la represión. Asimismo, se presentaron funcionarios de la Municipalidad de Avellaneda, entre otros Claudio Gustavo Yacoy, Secretario de Derechos Humanos, quien mantuvo una fuerte discusión con los trabajadores despedidos que le exigían la presencia del intendente Ferraresi en el lugar del conflicto para evitar la escalada represiva.

El Conflicto

El 9 de septiembre veinte trabajadores de la planta metalúrgica SIAM de Avellaneda, perteneciente al Grupo Newsan, recibieron un telegrama que les comunicaba que la empresa había decidido prescindir de sus servicios. Alejandra Vercellino, trabajadora despedida y delegada de hecho de las y los trabajadores de SIAM, denuncia, en diálogo con ANRed, que estos despidos se enmarcan en un plan de la empresa de reducir puestos de trabajo y fexibilizar las tareas de cada operario, intensificar el ritmo de trabajo y aumentar la cantidad de tareas para con menos trabajadores cubrir la misma cantidad de tareas. “Newsan no es una PyME que está en quiebra, es un grupo económico que maneja marcas líderes en el mercado. No es que nuestras veinte tareas ya no existan, sino que se las han agregado a compañeros que cobran 16 mil pesos”, sostiene la delegada.

Fundada en 1911 por Torcuato Di Tella, la SIAM fue un ícono de la industria nacional argentina. Nacionalizada en 1972 luego de ser desmembrada y privatizada en la etapa alfonsinista, la planta de Avellaneda cerró sus puertas hasta que en 2014 fue adquirida por el Grupo Newsan y reinagurada por Cristina Fernández de Kirchner, que anunció una inversión de 35 millones de dólares para la fabricación de heladeras y productos de línea blanca. En ese entonces había más de 400 trabajadores; hoy quedan menos de sesenta trabajadores.

Persecución Gremial

La elección de estos últimos veinte despidos (que completan 165 en los últimos tres meses) no fue casual, sino que estuvo signada por su carácter antisindical: “La mayoría de los despedidos veníamos encarando un proceso para poder tener representación gremial dentro de la planta”, cuenta Vercellino, y sostiene que en Newsan “a los compañeros que defendemos los derechos de los trabajadores dentro de la planta nos han cambiado de puesto arbitrariamente, hay compañeros a los cuales los han sacado de la línea de producción y los han mandado a cortar el pasto”.

Respecto al rol de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), sindicato que nuclea a las y los obreros de SIAM, afirma que el gremio “no puede permitir esto, se tiene que poner de nuestro lado y defendernos”.

La trabajadora cuenta que desde el gremio dirigido por Antonio Caló plantearon que no los van a acompañar en medidas como un acampe pacífico, que su intervención va a restringirse a la vía legal. “Nosotros planteamos que eso es insuficiente, que nuestro sindicato se tiene que poner a la altura del ataque que estamos recibiendo los trabajadores, y tomar las medidas necesarias para defender los puestos de trabajo”, sostiene Vercellino.

Resistiendo con Acampe

“Nos negamos a irnos a casa con una indemnización que no nos va a duras más de dos meses”, desliza Vercellino sobre el inicio del acampe pacífico de las y los trabajadores. “Por eso estamos reclamando nuestro derecho legítimo a trabajar y a protestar.”

El acampe, que duró más de dos meses, contó con la presencia de los trabajadores, sus familias, y la permanente solidaridad de los vecinos de Valentín Alsina (Lanús) y Villa Castellino (Avellaneda), junto a organizaciones sociales. Si bien la justicia dictó conciliación obligatoria, la empresa se negó a acatarla y no permitió el reingreso de las y los trabajadores a la planta, que ayer fueron desalojados violentamente por la policía. “Tenemos nuestro derecho a trabajar y lo vamos a defender, por eso es que hoy nos tuvimos que enfrentar a una dura represión comandada por la gobernadora Vidal, que lo único que nos ofrece es gases, palos y represión. Le decimos que se equivocó, que con los trabajadores de SIAM no va a poder, que vamos a seguir en pie de lucha, hoy nos sacaron del acampe, pero mañana vamos a volver a las calles”, declara Vercellino.



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