Mozo, tráigame un café y una reforma de plan de estudios
El Consejo Directivo se reunió en una sesión extraordinaria el 29 de
diciembre en un bar del barrio porteño de Villa Urquiza para aprobar un
nuevo Plan de Estudios de las carreras de Ingeniería Electrónica,
Ingeniería Electricista e Ingeniería Civil de la Universidad de Buenos
Aires (UBA) sin la participación de los cuatro consejeros estudiantiles.
En una sesión anómala del Consejo Directivo, en la que los estudiantes
no contaban con su debida representación, se aprobó en un bar la nueva
curricula. La reforma integral del Plan de Estudios se desarrolló así de
forma irregular porque el estudiantado acompañado de varios docentes en
reiteradas oportunidades había impedido que los consejeros de
profesores y graduados puedan sesionar.
La disputa entre el estudiantado y el Consejo Directivo se debe a que se
desea acreditar a la Facultad de Ingeniería en la Comisión Nacional de
Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). La CONEAU está
integrada por doce miembros designados por el Poder Ejecutivo Nacional
y confirma carreras de grado conforme a los estándares que establece el
Ministerio de Cultura y Educación. En otras palabras, la CONEAU es una
herramienta del Poder Ejecutivo Nacional para intervenir las
universidades nacionales logrando que éstas pierdan su autonomía.
La urgencia por aprobar el nuevo Plan de Estudio llevó a que ninguno de
los consejeros directivos lea las reformas (algunos excusándose de ‘no
entender’ suficiente sobre los temas). De hecho, los Planes de Estudio
de las carreras de Ingeniería Electricista y Civil no se encontraban
físicamente a disposición de nadie por lo que se firmaron expedientes
vacíos. La currícula aprobada posee, además, errores e inconsistencias
que sus propios redactores reconocen al afirmar que los planes no están
lo suficientemente maduros como para aprobarse.
En este marco de irregularidades el disenso de la mayoría de la
comunidad académica y la posibilidad de debatir abiertamente sobre el
tema no tienen lugar. La única intervención de las autoridades
universitarias consistió en contratar a una persona externa a la
facultad para «informar» a los estudiantes en qué consistía la
acreditación que ya se estaba llevando a cabo.
Otra cuestión que entorpece el necesario debate entre estudiantes y
docentes es el hecho de que los profesores titulares sean sólo 30 por
lo que al haber una lista única la oposición en el Consejo Directivo es
nula. Así no se encuentran argumentos documentados ni estudios
realizados que demuestren que las reformas sean eficaces y necesarias.
El nuevo Plan de Estudios, que no contó con el debate de los contenidos
por parte del estudiantado y el cuerpo de docentes, fue aprobado así a
las apuradas para ser presentado el 30 de diciembre en Mesa de Entradas
para ser elevado al Consejo Superior, por lo que los alumnos de la
Facultad de Ingeniería se encuentran en constante movilización.
Los estudiantes no se dedican solamente a protestar por el nuevo Plan de
Estudios e impedir que las autoridades sesionen, sino que han formado
comisiones por carrera para mejorar las propuestas recibidas. Sin
embargo, las Comisiones Curriculares y el Consejo Directivo han hecho
oídos sordos a estas proposiciones aprobando la reforma integral a la
curricula entre medialunas y cortados.