Cuánto pesan los fantasmas
Una madre alcohólica. Una hija en búsqueda del escape. Un hijo obsesionado con el suicidio de su padre. Las parejas satélites, y sus intereses propios en conflicto con la familia que se desploma. Un fantasma ominosamente presente en medio de ellos. La cría de perros tibetanos, una excusa para que implosione la violencia. Los viernes se presenta “Un perro tibetano rojo” a las 21 30 hs, en el espacio TBK. Por Milagros Corcuera, para ANRed.
El público entra a la sala rodeado de notas tenebrosas y aullidos. Una mesa irregular, sillas filosas, y una asimétrica ventana componen el espacio escénico diseñado por Cinthia Chomsky que se destaca por su acierto: todo pincha, y es absolutamente rojo, como la sangre o el infierno. Como la sangre o el infierno la obra también lo será.
“Un perro tibetano rojo”, ideada por Victoria Taborelli, con la dirección de Héctor Segura, relata las tensiones familiares luego de la trágica crisis del 2001 bajo la coyuntura doméstica de un presunto suicidio paterno por la fábrica que cierra. La obra muestra relaciones complejas entre personajes que se desprecian, burlan y violentan unos a otros a la vez que persiguen sus intereses: una idea de amor, el bienestar económico, o la necesidad urgente de comprender el pasado. Todos los familiares (Hebe, la madre, su hija Jo y Francisco, el hijo) lidian con la figura fantasmal del padre, que les habla desafiante desde el otro plano, un lugar diferenciado en el espacio como aquello que está detrás de la ventana. Esta lucha con el muerto-vivo los influencia de manera fatal, y a veces, nos saca una sonrisa amarga.
Cuerpo y palabra conjugan varios puntos álgidos, que se realizan atinadamente a través del texto y la acción. Se combinan discusiones a la par de movimientos compulsivos disruptivos como pueden ser paletear una bola de pin pon, sorber la sopa, o lanzar los dardos, que tensionan rítmicamente la escena. La incorporación de la figura del padre fantasmal es el único elemento surreal dentro del código realista que maneja la puesta.
Así, el público asiste al manotazo de ahogado, el intento de triunfar económicamente que cifra las esperanzas en la cría de perros tibetanos de la madre y su nuevo novio, el escape de los hijos, la búsqueda de la identidad frente a lo predeterminado. El espectáculo lanza sus preguntas: cuál es el origen del caos interno, cuándo las cosas explotan, y hasta qué punto, hacemos y hasta qué punto, somos hechos por los que nos rodean.
Ficha técnico artística
Intérpretes: Facundo Bein, Gabriel Galindez, Jesús Catalino Gomez, Maria Eugenia Insua, Gustavo Sosa, Andy Vertone
Diseño de escenografía y vestuario: Cinthia Chomski
Realización de escenografía: Yasmín Haidar
Diseño de luces: Eduardo Pérez Winter
Redes Sociales: Av Producciones
Diseño gráfico: Sabrina Segura
Asistencia de dirección: Mariano Madrazo
Web: https://www.facebook.com/un-perro-tibetano-rojo-2062684670665317/
Duración: 60 minutos
ESPACIO TBK / TEATRO BUSTER KEATON Trelles 2033 Capital Federal – Buenos Aires – Argentina Entrada: $ 200,00 / $ 150,00 – Viernes – 21:30 hs – Hasta el 28/12/2018