12/03/2018

La tierra del vino teñida de verde

El 8 de marzo Mendoza se sumó con sus acciones a la jornada Internacional de Paro de Mujeres. Las semanas previas una agenda de numerosas actividades generó las condiciones para dejar en claro que no se trata de un día de felicitaciones, sino de una jornada de lucha, de huelga y de movilización. Por Adriana, Amparo y Ayelén para ANRed


Hubo paro, y en este 2018 el 8M se transformó en una jornada de lucha que cobijó a mujeres, trans, niñas, travas, adolescentes y lesbianas para poner en evidencia que «sin nosotras no se produce ni se reproduce». Nosotras paramos y no hubo dudas, le paramos al capitalismo que con la patronal y el estado nos explota; le paramos al hetero-cispatriarcado y a la heterosexualidad obligatoria que nos persigue y reprime cuando no acatamos su imposición de vida; le paramos al mundo adulto que nos tutela y nos invisibiliza.

Miles de nosotras salimos a las calles y gritamos nuestra rabia organizada. Concentramos en la puerta de la Subsecretaría de Trabajo para denunciar públicamente que Alejandro Jofré, sub-secretario de trabajo, acusado de abuso simple por tres trabajadoras del área, permanece en su cargo. Denunciar que el ejecutivo provincial y el poder judicial garantizan un Estado violento manteniendo en sus cargos a funcionarios como Jaime Correas, director General de Escuelas, condenado por un caso de violencia laboral contra una mujer trabajadora del diario Uno, al ex ministro de Salud, Rubén Giacchi, denunciado por golpear a su ex pareja; a Fernando Giunta, Marcelo D´agostino, Gustavo Fehlmann, Marcelo Esquivel, Luis Gabriel “Turco” Mendoza, Rafael Escot y Julio Fondaliza. Todos estos funcionarios son protegidos por el procurador Alejandro Gullé, por el juez José Valerio, por el ministro de Gobierno Dalmiro Garay y el propio gobernador Alfredo Cornejo.

Avanzamos por las calles de esta elegante ciudad y escrachamos el abuso sexual eclesiástico que aquí en Mendoza se expresa hoy en la causa del Instituto Próvolo; escrachamos a la sociedad que se resiste a hablar del tema y que revictimiza y pone en duda; escrachamos la impunidad y protección que gozan los pederastas por parte de la iglesia, los estamentos judiciales y los medios de comunicación.

Marchamos para que en las calles se oyera el grito contra la violencia cruel de los femicidios. Porque nuestra provincia ocupa el tercer lugar a nivel nacional de la violencia machista, con un gobierno que ante esta realidad responde con más violencia y punitivismo. En el 2016 Mendoza se registraron veintidós femicidios. En el 2017, seis mujeres fueron asesinadas por el solo hecho de ser mujer, y en lo que va del año 2018, ocho han sido los femicidios. Nuestro paso también se unió al grito que exige la condena por el travesticidio de Diana Sacayán.

La puerta de la Legislatura provincial retumbó por el grito de exigencia de la implementación del Aborto No Punible, la derogación de la ley que restringe la venta de Misoprostol en Mendoza, la reglamentación de la ley 8806 de licencia por violencia de género, la derogación de los códigos contravencionales, frente al dato que la expectativa de vida del colectivo trans y travesti es de 35 años y que el 90% de las trans en Argentina ejercen o han ejercido la prostitución: exigimos inclusión y cupo laboral trans.

Finalizó el recorrido, pero no la lucha. La explanada de casa de Gobierno se vio colmada de pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, por nuestro reclamo que está más vigente que nunca: la autonomía de decidir sobre nuestros cuerpos.

Otra vez 8 de marzo, otra vez se actualizó la lucha, otra vez se actualizaron discusiones políticas. Porque si hay algo de nuestra potencia feminista, tortillera es que estamos convencidas que nuestra lucha es política porque denuncia, escracha y repudia la sociedad que tenemos; mientras ensayamos, inventamos la sociedad que queremos construir y para eso “Nos organizamos y tejemos redes de sororidad, tramamos, complotamos, nos amamos, construimos nuestros propios espacios seguros, nos cuidamos entre nosotras y nos acompañamos, nos mantenernos vivas.”



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