23/08/2018

«¿A éstos pibes quién los defiende?»

Los vemos todos los días tomando pedidos, friendo papas, cocinando hamburguesas, limpiando, manejando la caja y entregando «combos», a un ritmo frenético. Son quienes trabajan en el sector de servicios rápidos. En el año 2014 trabajadores y trabajadoras de McDonald’s, Mostaza, Subway y Burger King pasaron de un día para el otro a pertenecer al sindicato de trabajadores pasteleros, tras un acuerdo entre Luis Hlebowicz, titular del gremio, y Carlos Tomada, en ese entonces Ministro de Trabajo de Cristina Kirchner. Así, 17.000 empleados pasaron a ser «pasteleros» a cambio de no tener ningún delegado en las cadenas. «Un combo que incluye comida en poco tiempo, salarios muy bajos y negociados entre los dueños y el sindicato de pasteleros», denuncian desde la opositora lista Celeste y Blanca del gremio de Pasteleros. Por ANRed.


«Los chicos que recién empiezan ganan 6 mil pesos trabajando 6 días a las semana y en los momentos en que la empresa quiere«

En una gacetilla titulada «¿A estos pibes quién los defiende?», denunció las condiciones de trabajo de miles de empleados y empleadas de ese rubro, a través de diferentes historias de vida.

Una de esas historias es la de Eliana, empleada de un McDonald’s, quien relata: «Los chicos que recién empiezan ganan 6 mil pesos trabajando 6 días a las semana y en los momentos en que la empresa quiere«. Una realidad que contrasta fuertemente con ganancias como la de la empresa de «la cajita feliz», que según la lista opositora «ganó en el primer semestre del año 2.872 millones de dólares, un 10% más que en el mismo periodo del 2017″.

«A un compañero que llevaba 10 años lo echaron por quejarse en el sindicato por el maltrato recibido – confirma Pablo, otro trabajador de servicios rápidos – Hoy en día no existe el pago de horas extras, no hay horas de estudio y en los recibos de sueldo faltan horas de las que nadie se hace cargo«, denuncia.

Pero las paupérrimas condiciones salariales son sólo una cara de la situación. También están la multitarea y las condiciones higiénicas de trabajo, para mencionar sólo algunos otros aspectos.

En ese sentido, Pablo también relata: «Trabajamos siempre con productos vencidos que guardamos en el cuarto de basura por si viene algún control. No podemos quejarnos, si vamos al sindicato de ahí llaman para dar nuestro nombre y nos despiden«.

Elvys, empleado de un Burger, sostiene que la apuesta de éste tipo de empresas es «que te canses y renuncies, no te echan. Casi nadie sabe que existe el sindicato o que no hay delegados«. La gacetilla del gremio da cuenta de que la misma situación se vive en otras cadenas, como lo demuestra el testimonio de un trabajador de McDonald’s, que denunció: «este lunes tengo que pintar el techo porque viene una inversionista; en general hago tareas de mantenimiento por la misma plata, no me puedo quejar ante nadie».

En 2015 se viralizó una publicación de María Del Rosario Fernández que daba cuenta de la precarización en la sede de Avenida Rivadavia 6225 de Burger King, donde fotografió a un joven empleado haciendo tareas de plomería en la calle. «Me acerque y le pregunté si eso se lo abonaban a parte, y me dijo: ‘no, nada que ver, en mi calificación laboral dice taras varias’. Comenté sorprendida: ‘¿la plomería te toca después o antes de servirme el combo?’ «, se mostró enojada en aquella ocasión la autora de la denuncia en las redes sociales.

Servicios rápidos: historia reciente y próximas elecciones

La historia indica que en el año 2014 todos los empleados de las cadenas de comida rápida McDonald’s, Mostaza, Subway y Burger King pasaron de un día para el otro a pertenecer al sindicato de trabajadores pasteleros, luego de un acuerdo entre Luis Hlebowicz, titular del gremio, y Carlos Tomada, en ese entonces Ministro de Trabajo de Cristina Kirchner. «De esta manera, 17.000 empleados pasaron a ser ‘pasteleros’ a cambio de no tener ningún delegado en las cadenas nombradas«, denuncian los trabajadores de la lista opositora. «Un combo que incluye comida en poco tiempo, salarios muy bajos y negociados entre los dueños y el sindicato de pasteleros», denuncian.

Según su relevamiento, «el gremio de pasteleros tiene 37.000 empleados y servicios rápidos es la rama más grande pero la peor remunerada».

En éste marco, la Fundación por la Paz y el Cambio Climático presentó ante la justicia una denuncia por «fraude laboral» de parte del entonces ministro de Trabajo, Carlos Tomada, «a quien se lo acusa de un oscuro entramado con la cadena internacional de comidas rápidas», sostienen los trabajadores. La denuncia no prosperó.

Es por eso que desde la lista opositora ven las elecciones del 27 y 28 de este mes la oportunidad que tendrán los trabajadores y trabajadoras del rubro de «tener un compañero que los defienda y represente ante los superiores. Al mismo tiempo una opción que habilitará la pelea por condiciones de trabajo y salarios dignos, ya que el Gobierno elevó el Salario Mínimo Vital y Móvil de $10.000 a $12.500 desde junio de 2019, aproximadamente el doble de lo recibido por cualquier joven de las cadenas mencionadas», sostienen.



1 comentarios

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  1. Fernanda · 2018-08-23 15:29:32
    Hace 10 años trabajé menos de dos meses en Mostaza. En ese lapso me pasó de todo: me hacían ir a buscar monedas a terminales de colectivos sola, sin seguridad (iba con bastante guita) y volvía con bolsones que eran muy difíciles de cargar. Entre el basureo diario que sufría de parte de un "superior" de 21 años (yo tenía 19), me quemé entre la ranura de los dedos. Me pusieron agua fría y una crema. La herida no se me cerraba porque seguía trabajando sin protección y encima, con el correr de los días, se volvió VERDE de infección, así y todo, seguía cortando tomates y cebollas. Era chica y no sabía que existía la ART, ni nada que se le parezca. Mis superiores sí, obvio. También me acuerdo que una clienta devolvió un sándwich porque estaba con hongos. Así como me lo devolvió, la gerenta lo volvió a guardar en la heladera....

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